Para una opción más ligera, recomiendo no glasear las galletas, servirlas tal cual sin el baño que nosotros hemos preparado, estarán igualmente exquisitas.
El origen de las galletitas de limón es Británico, aunque existen diferentes variaciones, como por ejemplo el utilizar aceite de girasol en lugar de mantequilla o diferentes tipos de harina.
Como consejo a la hora de hacer éstas galletitas, decir que es muy importante utilizar una mantequilla de gran calidad, pues el resultado final dependerá en gran parte de ésta.
Pueden servir las galletas con un smoothie recién hecho, un batido de fresa, un batido de frutas variadas o si son muy golosos con una bola de helado casero.
Procedimiento (20-24 galletitas)
Encendemos el horno y lo precalentamos a 170ºC, mientras elaboramos la masa de las galletas.
En un bol pequeño vamos a combinar los ingredientes secos, como son la harina tamizada, la levadura química, el bicarbonato sódico y la sal. Resevar.
En un bol grande iremos añadiendo los otros ingredientes restantes, empezaremos por la mantequilla a temperatura ambiente (deberá estar blanda) y el azúcar, con unas varillas o amasadora, batiremos ambos ingredientes hasta obtener una masa ligera y esponjosa.
A éste último bol, agregaremos ahora la ralladura de limón, los huevos, el extracto de vainilla y el yogur. Mezclar a velocidad media si estáis utilizando una amasadora, la masa debe quedar bien incorporada y lisa.
Añadir los ingredientes secos que teníamos reservados en el bol pequeño a éste último bol, continuar amasando hasta conseguir una masa pegajosa y blanda.
En una bandeja de horno, colocaremos una hoja de papel de pergamino o vegetal y con una cuchara, iremos añadiendo gotas de masa pegajosa sobre el papel. (Deben de tener en cuenta que éstas aumentarán de volumen en el horno por lo que se aconseja dejar espacio entre ellas).
Hornear unos 10 minutos o hasta que adquieran un tono dorado.
Retirar del horno con mucho cuidado, pues las galletas recién hechas están muy blandas y son fácilmente rompibles. Colocar las galletas sobre unas rejillas y dejar enfriar.
Una vez que las galletitas de limón estén frías, (puedes coger una y comértela, ¡adelante!) será el momento de preparar el glaseado, para elaborar éste tan sólo deberemos batir el azúcar glass, el zumo y la ralladura de un limón y una pizca de sal. Si deseas una consistencia un poco más líquida, ayúdate vertiendo leche poquito a poquito.
Antes de bañar las galletas con el glaseado, colocaremos debajo de la rejilla la hoja anterior de papel vegetal, así evitaremos manchar la encimera. A continuación las decoraremos a nuestro gusto con el glaseado.
Antes de guardarlas en un táper bien cerrado deberemos dejar que el glaseado se seque, aunque realmente supongo que las galletas desaparecerán incluso antes de que el glaseado esté seco?
Como degustación, yo suelo tomarlas en la merienda o en el desayuno con un buen café, aunque en realidad suelen apetecer a cualquier hora. :p
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