Luz de la ventana
La fuente de luz para obtener un retrato debe ser suave y envolvente para no provocar sombras definidas, difíciles de controlar. Eso significa que se debe evitar el flash directo, que, además de dar un resultado muy duro y plano, incomoda a la persona que está siendo retratada. Para empezar, lo mejor es poder estar cerca de una ventana con cortinas blancas, que matizan la luz solar, sobre todo en las horas en que ésta incide de forma más directa (por la mañana y al caer la tarde).
La persona que va a ser retratada debe situarse al lado de la ventana, de manera que la luz ilumine el lado derecho o el izquierdo de su rostro. La luz que filtran las cortinas crea una iluminación muy agradable en la zona del rostro más próxima a la ventana, aunque, al mismo tiempo, en el lado opuesto se genera una sombra muy oscura. El sensor de la cámara no conseguirá captar todos los detalles, ni en la zona de sombra ni en la de luz. Técnicamente se habla de una situación demasiado contrastada.
Lo apropiado en estos casos es aclarar la zona de sombra. Para ello se requiere una superficie blanca (no puede ser de color porque crearía una dominante) que se colocará fuera del encuadre pero no demasiado lejos del sujeto. Este panel blanco reflejará la luz de la ventana en aquellas áreas que quedan en la zona de sombra. Aunque se puede utilizar una sábana, lo más recomendable es usar un panel de porexpan.
Existe otra opción. En las tiendas de fotografía disponen de paneles de tela reflectantes, que suelen ser redondos o rectangulares y con los ángulos redondeados. Dichos paneles tienen una estructura flexible, que estira el tejido al abrirse y permite plegarlos para que ocupen muy poco espacio. Además, normalmente presentan distintas superficies: un lado, por ejemplo, es blanco y el otro, plateado (que provoca mayor reflexión) o dorado (que da más calidez a la piel y permite realzar un rostro bronceado).PANELES DE DISTINTAS MEDIDAS
Para aclarar las zonas de sombra, los fotógrafos profesionales utilizan paneles de porexpan o reflectores. Éstos pueden ser de distintos tamaños: para los primeros planos debes escoger los más pequeños (35x70 cm o 50x70 cm), y para retratos de cuerpo entero los grandes (70x100 cm).
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