Una presentación mal hecha o desorganizada no solo no aporta valor ni a la audiencia, ni al ponente
será percibida como una pérdida de tiempo.
La mayoría de profesionales en algún momento de su carrera tienen que realizar presentaciones
para clientes
para inversores
para jefes o subordinados.
La percepción sobre el nivel de organización y dominio de tu actividad muchas veces partirá a raíz de estas.
Steve Jobs utilizaba varios trucos para asegurarse que sus presentaciones fueran un éxito.
Por regla general, en las presentaciones se utiliza un tamaño de letra de 30 puntos.
Jobs usaba textos grandes con un tamaño de 190 puntos.
Menos palabras en las presentaciones se traducen en más atención del público hacia el ponente.
Fuente: este post proviene de Cristian Monroy, donde puedes consultar el contenido original.
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