1. Freírles a eventos: Tienes la mala costumbre de invitar a todos tus amigos a todos los eventos que pasan por
tu Facebook. No te importa si les interesa o no, pero tú les invitas. Al final, acabas invitando a tu primo, fan acérrimo del Real Madrid, a ver la final de la Champions a una peña del F.C Barça donde además, prometen brindar con champán a la salud de “todos los merengues llorones”. Pero a ti te da igual. Tú le invitas.
2. Mensajes en cadena: Cuando llegó Facebook creíamos que habían desaparecido, pero no, siguen aquí. Mensajes con tonterías que además mandan a todos tus amigos y que son tremendamente molestos. Más que nada, porque en el momento en el que alguien que ni siquiera conoces contesta al mensaje, te aparece notificado como si te hubiese llegado un mensaje nuevo. Tu vas a abrirlo con toda tu ilusión y es entonces cuando te acuerdas del pesado de tu amigo y lo mal que te cae haciendo estas cosas.
3. Virus: Eso nos molesta a todos. Lo malo no es que tú “piques” y quieras saber cuántas personas visitaron tu perfil, o por qué ese hombre con problemas de sobrepeso arruino su vida… No, lo malo es que cuando tú lo haces la aplicación empieza a difundirse por el muro de todos tus amigos, y claro, al final alguno acaba picando. Cuando se le instale a él el virus se acordará de ti, tenlo por seguro.
4. Etiquetado en fotos: Aquí tenemos dos versiones, el etiquetado en fotos que no nos gustan porque salimos mal, y el etiquetado masivo en fotografías que no nos interesan. El segundo puede que sea el más molesto de todos. Hay gente que etiqueta a todos sus contactos (o a los que les deja Facebook) en sus fotografías. A estas personas hay que hacerlas saber que sus amigos, cuando entren en Facebook, verán sus fotos en la pestaña de Inicio, sin necesidad de ser etiquetados y tener que recibir una notificación cada vez que alguien (que seguramente y para más molestia no conocen) comenta la foto en cuestión.
5. Los estados: Hay gente que escribe estados que son auténticas declaraciones de guerra contra la humanidad. Adoran provocar y lo hacen fenomenal, pero al final acaban cayendo mal. En el fondo les gusta.