Avatar, o cómo rehacer Pocahontas con 230 millones de dólares

El pasado viernes pillé un par de entradas para ir a ver Avatar en 3D con un amigo. Me sorprendio que, comprando las entradas a primera hora de la mañana, ya había cines como Kinépolis que tenían agotadas todas las sesiones de la tarde y de la noche, y eso que la película se estrenó hace casi dos semanas. Es una puñetera máquina de hacer dinero.

Hablando del vil metal, uno se pregunta cómo puede gastarse alguien 230 millones de dólares (unos 26 mil millones de las antiguas pesetas, 'casi na') en una película con un guión tan simple. Está claro que con el dinero puedes comprar todos los recursos informáticos que necesites (técnicamente es espectacular, no hay otra palabra que lo defina), pero con Avatar queda claro que la creatividad no es algo que se compre con dinero. ***, si es que el guión es calcado a la peli de Pocahontas, pero con bichos azules de 2 metros y medio y lanzagranadas en vez de flechas.

Eso sí, el filme es un derroche de efectos especiales como pocos se han visto. Sin ir más lejos, los encargados de todo el proceso digital son los chicos de Weta Digital, empresa fundada hace ya más de 15 años por Peter Jackson (sí, el friki gordo del Señor de los Anillos), que han necesitado una red compuesta por 40.000 microprocesadores y más de 104 terabytes de RAM para renderizar la peli. Para el que sepa un poco de informática, cada segundo de peli necesita 288 megabytes de datos, ahí es nada. Y eso que Avatar dura 2 horas y 41 minutos (ya te hago yo el cálculo: 9.660 segundos / 2,782.080 mb).

En definitiva, y para no enrollarme, estamos ante una peli con un continente espectacular, pero un contenido muy flojo, propio de un guión de peli de dibujos para niños. Palomitera 100%.

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Etiquetas: cine ocio