A cambio de brindar correcciones baratas, lógicamente, el interesado asume que su trabajo tardará bastante más que el que se toma un corrector profesional con años de experiencia. "No tenemos ninguna intensión de prostituir el mercado con tarifas baratas. Si necesitas tu texto corregido en una semana y que sea infalible, no vengas a Proyecto Data", comenta Pedro Domínguez, uno de los miembros del Colectivo de Correctores Profesionales.
Una buena idea para todos los escritores que, por problemas ecómicos, se ven imposibilitados de corregir sus obras y con ellos se van cerrando, una a una, sus posibilidades de ganar un concurso literario, ser publicados o adentrarse en el mundo de la literatura.
Desde Madrid, ciudad donde vió nacer el proyecto, sus creadores creen que es posible trasladar la idea al resto de paises de América Latina, donde la actividad correctora es tan fuerte, o más, que en España.
El intercambo está claro desde el principio: tu pagas un poco menos porque un profesional de la corrección se ocupe de una corrección ortotipográfica o de estilo de tu obra y a cambio debes tolerar que el proceso demores más del doble de lo que tardaría una empresa convencional. Vamos, que si estás apurado este no es tu lugar, pero en cambio, si no tienes apuro y no te molesta esperar que un corrector recien graduado corriga tu texto y luego sea controlado por un turoe (con todo lo que ese ida y vuelta conlleva) pues lograrás una tarifa inigualable.
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