Ahora bien, la competencia va en aumento ya que las mismas herramientas están al alcance de todos, por lo que es necesario afinar la puntería. En la siguiente nota te comentaremos algunas estrategias que pueden servirte.
Durante muchos años se consideró que para emprender tu propio negocio era necesario o tener una extensa trayectoria dentro de ese rubro o contar con una enorme cantidad de recursos económicos. Sin embargo, esa tendencia se ha revertido en el último gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías y la hiperconectividad en la que vivimos.
De esta manera, los sectores más jóvenes de la sociedad se lanzan a esta aventura, creando empresas que brindan soluciones novedosas para los problemas actuales. Así entonces, internet es un excelente socio, aunque también una gran prueba a superar. ¿Por qué?
Así como el universo web es un gran facilitador, también es un excelente democratizador del conocimiento, por lo que así como tú puedes comenzar tu propia marca, miles de otras personas están haciendo lo mismo. Eso, lejos de desalentarnos, tiene que servir de estímulo para afinar la puntería y mejorar la estrategia con la que llegar a esos potenciales clientes.
En un momento en donde nos enfrentamos ante una abundancia de información y estímulos, aquellos contenidos que demuestran calidad y profesionalismo se destacan por sobre la media, creando un vínculo mucho más estrecho con los usuarios de internet. Para lograr ese objetivo, es necesario utilizar las herramientas correctas.
Por ejemplo, alcanza con observar unos breves momentos nuestras redes sociales y sitios favoritos de internet para darnos cuenta de la creciente utilización de videos como contenido especial. Los algoritmos suelen privilegiar ese tipo de producciones, al mismo tiempo que realizar un material de calidad es mucho más sencillo que hace una década.
Con apenas unos minutos de inversión y la utilización de un editor de videos en línea, se puede obtener una producción digna de un estudio profesional sin la necesidad de gastar dinero y recursos de más, algo que siempre es necesario cuando se dan los primeros pasos de una marca.
Además de ofrecer productos que se destaquen del resto, también es importante ver qué tipo de mensaje vamos a darle a ese usuario. Para ello es necesario en primer lugar tener en claro cuáles son los objetivos a alcanzar: ¿Queremos dar a conocer a nuestra marca? ¿Queremos intercambiar información con nuestros clientes? ¿Necesitamos aumentar nuestro caudal de ventas?
Cada una de esas necesidades requiere de una estrategia diferente, por lo que es preciso ajustar el mensaje para llegar a los resultados que proyectamos.
En la misma dirección, no se puede crear un mensaje genérico que contente a todo el mundo. Es por eso que es necesario determinar cuál es nuestro público objetivo, conocer sus gustos, sus códigos y sus preferencias para que el mensaje sea lo más acertado posible. Determinar cuál es el nicho de público al que apuntamos es el primer paso para que una campaña funcione.
Por último, es imprescindible respetar las reglas explícitas e implícitas de los sitios en los que publiquemos nuestro contenido: cada red social tiene su propio lenguaje y sus usuarios valoran de gran manera cuando se respeta ese pacto. Después de todo, no hay mayor error que tratar a Instagram como si fuera Twitter o a nuestro sitio web como si se tratara de Facebook.
Fuente: este post proviene de Cristian Monroy, donde puedes consultar el contenido original.
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