El poder del efecto Pigmalión y las profecías autocumplidas

Érase una vez, hace ya mucho tiempo, un rey entusiasta y soñador llamado Pigmalion, embarcado este en su propia cruzada de encontrar a la mujer perfecta con la que casarse. Lejos de conseguirlo y desencantado, decidió no casarse con nadie y dedicar su vida de lleno a crear hermosas esculturas con las que compensar su vacío. Tras tallar varias bellas efigies, Pigmalion creó una estatua casi perfecta, Galatea, de belleza inconmensurable de la cual no pudo evitar enamorarse. Afrodita (Venus para los amigos), conmovida por la triste historia del rey, dio vida a Galatea y le dijo “Aquí tienes a la reina que has buscado, ámala y defiéndela del mal”, después del inaudito acto de Afrodita, Galatea y Pigmalión fueron felices y comieron perdices. Sirva esta antigua metáfora, para conocer de donde proviene el curioso nombre de este efecto y entender su significado..
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