El uso de los videojuegos en los más pequeños

Uno de los temas más recurrentes que se mueve desde progenitores hasta psicólogos infantiles, es el impacto de los videojuegos en la salud de los más pequeños. Desde la gameboy con su infalible Mario Bros en dos dimensiones hasta la nueva Play Station 5, los videojuegos se han convertido en una forma ya no solo de entretenimiento, sino también de socialización para mayores y niños. Pero ¿cómo afecta esto a la salud infantil?

Desde los años 70, los niños han ido incrementando el uso de los videojuegos, así pues, con la llegada de la pandemia, la interacción a través de estos mundos virtuales ha subido enormemente.

Esta nueva normalidad, donde las interacciones sociales son limitadas, ha hecho que muchos padres se pregunten no sólo si deben introducir los videojuegos a sus hijos pequeños, sino cuándo. Y aquí la edad es la clave. 

Efecto de los videojuegos en la salud


La Academia Americana de Pediatría (AAP) ha recomendado que los niños menores de 18 meses eviten por completo las pantallas, pese a que su cerebro está acostumbrado a lidiar con cambios rápidos que se encuentren de mejor forma que el cerebro desarrollado adulto, los niños entre estas edades son receptores pasivos que no interactúan con la pantalla lo que puede disminuir los niveles de atención. En el caso de los niños pequeños de entre 18 y 24 meses utilicen programas o aplicaciones de alta calidad solo con sus padres, para que estos puedan monitorizar los cambios de humor y a la vez crear una interacción afectiva entre los niños, las pantallas y sus progenitores. Mira la pantalla en la que juegan tus hijos y prepárate para encontrar oportunidades de construir una relación sobre el juego. Finalmente, la AAP puntualiza que los preescolares de entre dos y cinco años no pasen más de una hora al día viendo "programas de alta calidad".  A partir de esta edad, la capacidad de atención de los niños se expande, por lo que pueden empezar a jugar a juegos más complejos que impliquen una interacción más exhaustiva con la pantalla, por lo que es necesario que estos se adecuen al nivel cognitivo de los niños.

Como es el caso de los libros o las películas, también los videojuegos tienen una edad ideal que puede potenciar el desarrollo de aquellos que se sumergen en su mundo virtual. La doctora Sinem Siyahhan ,Profesora Asociada de Tecnología Educativa y Ciencias del Aprendizaje, Director Asociado del Centro de Investigación y Compromiso en la Educación STEM (CRESE), indica que además de una edad apropiada, los videojuegos también deberían adaptarse a su nivel de habilidad y cognición. Los juegos con controles complicados pueden abrumar a un niño en edad preescolar, por lo que sugiere buscar en foros, preguntar al vendedor o consultar plataformas como AppleStore o Google Play cuál es la edad para la que se diseño este videojuego.

Los videojuegos también tienen un gran impacto en los patrones del sueño de nuestros hijos. Los beneficios de una buena cantidad de sueño constante son convincentes. Un estudio reciente publicado en la revista médica Pediatrics muestra una correlación entre el hecho de que los niños tengan una hora de acostarse consistente y su comportamiento. Cuanto más incoherente era la hora de acostarse, más dificultades de comportamiento tenían los niños. La luz azul altera estos patrones del sueño afectando a los niveles de melatonina, como norma general, la exposición a la luz brillante por la mañana adelanta la hora del sueño de la noche, y por la tarde, lo retrasa.

¿Cómo afecta el uso de videojuegos a los ojos?

Así mismo, la luz azul que emiten los dispositivos digitales como tablets, televisores o móviles puede ser especialmente dañina para los ojos más sensibles de nuestros hijos, llevando a casos de miopía o ambliopía. Varias investigaciones indican que enfocar constantemente en rangos visuales cercanos como puede ser el caso de los videojuegos, puede estresar y cansar el ojo. 

Hay varias formas de prevenir esto. La primera es limitar el uso de dispositivos, por lo general, los expertos aconsejan alrededor de una hora diaria como máximo. En su lugar, prueba a hacer algún tipo de actividad al aire libre o cualquier otra forma de entretenimiento que no implique pantallas. 

Otra manera es el uso de gafas anti-luz azul homologadas, específicas para niños o para videojuegos, que se adapten al ojo de los más pequeños y que les proteja de estos cambios en la melatonina, como las que puedes encontrar en nuestra página web.

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