“Ant-Man” es un superhéroe con un poder sorprendente. El uso de un extraño traje negro y rojo, de Scott Lang cambia de tamaño y puede hacerte tan pequeño como una hormiga. Pero entonces, si tal transformación es posible en el cine, ¿Por qué no sucede esto en la realidad?.
Según los científicos, los átomos no puede encoger ningún objeto ni a ninguna persona, esto es un hecho. La distancia media entre los protones y los neutrones que comprenden el núcleo de un átomo y los electrones que giran alrededor de este núcleo no se puede cambiar.
Y ¿si simplemente reducimos los átomos en nuestros cuerpos? En teoría esto es posible, pero sólo en cierta medida. De hecho, esto llegaría a ser problemático, sobre todo porque los átomos son elementos completos de algunas estructuras clave como la pared celular o incluso de ADN. Por lo tanto, debe haber un mínimo de átomos. No se puede construir un castillo con cuatro Legos.
Reducir los átomos de nuestro cuerpo tendría consecuencias biológicas graves. Pero las limitaciones no se aplican solo a los átomos. Al reducirlos, también se reduce la masa de cuerpos que componen nuestros cuerpos, que darían lugar entre otras cosas, problemas respiratorios graves.
De hecho, los órganos no serían el único problema al que un hombre hormiga se enfrentaría. Para mitigar los efectos de dicha contracción, éste tendría que comer continuamente para impulsar su metabolismo. Como un camarón, probablemente debe comer el equivalente de su peso cada día para mantenerse con vida.
En los comics, el Dr. Henry Pym logra aislar las partículas subatómicas raras, llamadas “partículas Pym” capaces de alterar el tamaño y la masa de los objetos o seres vivos. ¿Posible en la vida real? No, pero si la ciencia no puede hacerlo todo, la ficción nos permite soñar con ello.
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