Esta vez era a una niña encantadora llamada Sandra. A ella le gusta correr, saltar, divertirse. Es la alegría y el buen humor personificados. La sesión duró dos horas, pero se nos pasó rapidísimo.
Como siempre empezamos sobre las seis y media. Para este tipo de fotos la luz del atardecer es la mejor. Aunque como la luz del sol aún era bastante dura, tiramos de flash para subexponer un poco el ambiente.
Más tarde empezamos a hacer fotos sólo con luz natural, y aprovechamos la alegría y vitalidad de Sandra para que las fotos fueran más dinámicas.
Después realizamos un cambio de ropa y la niña se puso el vestido ce comunión.
Cómo me gustan estas fotos con luz natural a contraluz. De hecho, no utilizo deliberadamente ningún tipo de parasol en los objetivos, para ver si hay suerte y entran más destellos y reflejos en la cámara.