La historia narra que un día Satanás se presento ante Dios para relatarle todos los pecados que la gente estaba cometiendo en la tierra.. Entonces Dios le preguntó: acaso reparaste en Job, mi servidor? No hay nadie en la tierra como él, un buen hombre que jamás comete pecado alguno". Y Satanás respondió. Es muy fácil para el, cuando lo premias con riqueza y bendiciones. "Retírale tus bendiciones y veremos cuanto tiempo seguirá siendo tu fiel servidor" Dios acepta la apuesta destruyendo su casa , matando su ganado y exterminando a sus hijos. En un esfuerzo por consolar a Job que sufre por la muerte de sus niños y por sus pérdidas materiales , unos amigos acuden a consolarlo diciéndoles el clásico "Todo ocurre por una razón, no pierdas la fe, Dios premia a los justos y castiga a los malvados". En lugar de sentirse mejor, Job se da cuenta de cuan vacías y ofensivas son esas palabras. En que había fallado?, porque habían muerto sus hijos? . El diálogo se torna acalorado. Los amigos dicen: "Job, tu realmente nos engañaste, nos diste la impresión de ser piadoso y justo y ahora nos podemos ver que nos equivocamos; a la primera vez que acontece algo abandonas la religión . Eres orgulloso, arrogante,impaciente y blasfemo. No es de asombrarse que Dios te haya castigado de esta forma".
En un principio sus amigos realmente deseaban consolarlo con frases hechas y dogmas de fe, que resultan contraproducentes porque implican que lo que le ocurrió fue por ser alguien malvado, al mismo tiempo que pierden la objetividad debido a sus propios sentimientos de culpa por no haber sido ellos los que perdieron su bienes y porque necesitan seguir creyendo que el mundo funciona de forma lógica.
Si fuimos educados como Job y sus amigos, creyendo en un Dios Omnipotente, nos será muy difícil cambiar nuestra manera de entenderlo. Pero si conseguimos aceptar que algunos acontecimientos no pueden ser controlados por Dios, muchas cosas buenas se tornan posibles.
De esta manera podemos dirigirnos a Dios para que nos ayude, en vez de esperar que lleve a cabo obras imposibles de realizar. Podemos mantener nuestro auto respeto y al mismo tiempo el sentido de justicia, sin tener que sentir que Dios nos juzgó y nos condenó. Podremos enfadarnos con lo sucedido, sin sentir que estamos personalmente fastidiados con Dios. Más aun, debemos aceptar que nuestro enojo ante las injusticias de la vida y nuestra compasión instintiva al ver sufrir a la gente vienen de Dios.
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