Las visitas a tus lugares favoritos de pronto se encontraban gamificadas, nuevos lugares te permitían ganar más puntos.
Podías incluso convertirte en “alcalde” de una ubicación, si realizabas el mayor número de check-ins en un lapso de 60 días.
Era una app que te servía para una sola cosa, y lo hacía muy bien.
La crisis de identidad de Foursquare
Instagram surgió como una aplicación competencia de Foursquare, la geolocalización era la estrella, sin embargo Kevin Systrom y Mike Krieger se dieron cuenta que lo que más llamaba la atención no era exactamente la simple ubicación y sí lo que se hacía en ésta.Las fotografías tenían un papel fundamental.
Foursquare no fue capaz de entenderlo.
En el 2014 se relanzó como Swarm, una aplicación que te recomendaba lugares que podrían gustarte, basada en tus visitas anteriores y las recomendaciones de tus amigos.
En el fondo la idea original de Foursquare no cambió, más tecnología, más usuarios, pero el mismo concepto.
En Diciembre de 2020 se presenta la nueva imagen de la empresa que según palabras de su fundador:
… ha evolucionado hasta convertirse en el líder en tecnología de localización.
¿El problema? Después de leer el discurso de el fundador Dennis Crowley queda claro el esfuerzo en el rediseño y lo que se desea transmitir.
La pregunta correcta es ¿qué hace exactamente Foursquare?
El público parece estar confundido:
Al parecer la ubicación sigue siendo la pieza principal.
¿Habrá cambiado algo desde su fundación?