Durante el día
Como te hemos comentado en anteriores publicaciones, la luz azul puede venir de manera natural de los rayos del sol. Esta luz, en ciertas cantidades, es saludable para nuestro cuerpo y está vinculada con la secreción de endorfinas y una vida saludable.
La luz azul que recibimos del sol es, por lo general, mucho más indirecta que la que recibimos desde las pantallas de nuestro ordenador o móvil.
Por este motivo, durante el día a día, tenemos que proteger nuestros ojos de la sobreexposición a las pantallas digitales, grandes emisoras de luz azul, que son capaces de dañar las células de la retina y causar sensación escozor e irritación. La tecnología de nuestras gafas de luz azul ayudan a conseguir un bloqueo óptimo dependiendo el uso y el momento del día en que te encuentres.
Durante la noche
Durante la noche, la mayor fuente de luz azul que recibimos sí que proviene de los dispositivos digitales y no de forma natural, lo cual altera el ciclo del sueño. Esto ocurre porque las ondas de luz azul interrumpen el ritmo circadiano, el encargado de regular el ciclo “dormido-despierto” de tu cuerpo. Así mismo, la luz azul de las pantallas digitales puede detener la liberación de melatonina, hormona necesaria para conciliar el sueño. Algunos estudios están relacionando la falta de sueño a causa de las pantallas digitales, con problemas a largo plazo como la depresión e incluso la obesidad.
Fuente: este post proviene de Luz Azul, donde puedes consultar el contenido original.
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