Con el paso del tiempo evidentemente fueron creciendo, añadiendo más clases de tapón a su andadura, este fue el turno del tapón cilíndrico, no lo producían ellos, pero lo compraban a Andalucía o a Extremadura. Pero claro es que esta empresa no se conformaba con comprar a otros, sino que querían ir más allá, querían ser los mejores, obtener la certificación ISO 9002 de manera que encontraran la calidad total del producto que querían vender. Fue así cuando quisieron llegar más lejos y dotaron la fábrica de nuevas máquinas, nueva imagen, nueva calidad, hasta ser una empresa con la que nos encontramos ahora, una empresa nueva y con mucho que decir y sobre todo que ofrecer, las empresas vitivinícolas están muy contentas sabiendo que sus botellas de vino no pueden llevar un mejor tapón.
La verdad es que con empresas así nos damos cuenta de que todo es posible, si uno quiere empezar desde abajo y terminar en la cumbre, todo es cuestión de mucho trabajo y esfuerzo diario, y de llevarse al final la mejor de las recompensas que se puedan tener.
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