Las miradas a la realidad siempre son diferentes, es una verdad aceptada por casi todos en esta época.
Una de las grandes posibilidades del arte en cualquiera de sus manifestaciones es permitirle a cada uno de nosotros ver esa realidad desde el punto de vista de otro ser humano, plasmada en objetos como este: un andén de madera que se retuerce sobre sí mismo y se convierte en un ojo por donde se puede ver un sector de la ciudad. Aunque no sea la vista más espectacular y el objeto por donde se mira se robe la atención.
Tal vez el propósito del creador no fuera dirigir la mirada hacia un lugar sin mayores atractivos, quizá pretendía contarnos alguna historia sobre los caminos que regresan, propiciar en el espectador alguna reflexión sobre el eterno retorno tan bien expuesto en la obra de Friedrich Nietzsche. ¿Quién sabe?
La realidad es que ahí está en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) para quien quiera verlo y sorprenderse, meditar o mirar a través de él.