Siguiendo esa máxima del periodismo -muchas veces olvidada en este sector- que dice que si la montaña no va a Mahoma bien habrá que invertir los papeles, ayer mismo nos escapamos hasta las oficinas de Canon para conocer de primera mano la recién anunciada EOS 5D Mark III. Esperado relevo de la EOS 5D Mark II, que ha acabado siendo también una inesperada estrella del vídeo, las novedades de esta tercera generación canonista son tan predecibles como lógicas.
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El limitado sistema de enfoque de la Mark II y algo más de nervio en las ráfagas eran, a grandes rasgos, los aspectos que la mayoría de sus usuarios señalaban al ser preguntados por futuribles mejoras.
¿Y la resolución? Parece que esta vez Canon ha optado por moderarse en este apartado. Tanto, que sólo se ha elevado en un millón de puntos el contador de los megapíxeles, hasta llegar a unos modestos pero prometedores 22,3 millones de puntos.
Aunque tendremos que esperar un poco -esperemos que no mucho- para poder probar a fondo la cámara y confirmar si son o no ciertas las elevadas expectativas despertadas, de momento nada mejor que revisar algunas de las novedades con esta Mark III entre las manos.
Diseño actualizado
Aunque por dentro los cambios son bastante profundos, a primera vista la EOS 5D Mark III se mantiene fiel a la filosofía de esta saga: un cuerpo con sensor de formato completo pero con un tamaño y un peso comedidos. La contención en el precio (3.300 euros) ya es más discutible.
Dos generaciones juntas: la EOS 5D Mark II (a la izquierda en la imagen superior y a la derecha en la inferior) y su sucesora.
Pero, evidentemente, los largos meses de espera han hecho que muchos detalles hayan cambiado, adecuándose a unas líneas más actuales. De tamaño muy similar -ligeramente más alta-, las formas son ahora algo más redondeadas y con una ergonomía muy bien conseguida entre las manos.
Los cambios en los mandos son numerosos y van desde pequeños detalles (el bloqueo del dial de modos o un botón de función junto al disparador) hasta mejoras más evidentes, como la nueva pantalla de 3,2 pulgadas y 1,04 megapíxeles de resolución o el interruptor que permite activar la previsualización en pantalla e iniciar la grabación de vídeo.
En general la cámara recuerda bastante a lo visto en la EOS 7D, aunque aquí los datos sobre el sellado y la resistencia del cuerpo lo sitúan en un ámbito más profesional.
¿Tanto como para hacerle la competencia a la EOS-1D X?, preguntamos a los portavoces de Canon que nos acompañan durante este primer encuentro con la cámara. Después de todo, la resolución es mayor, las ráfagas no están nada mal y el enfoque es aparentemente idéntico. Y sobre todo la EOS 5D Mark III cuesta la mitad.
La clave está, como siempre, en los detalles que a algunos les pueden parecer menores pero que marcan distancias, nos aseguran. ¿Un ejemplo? El obturador de la EOS-1D X tiene una vida útil de 400.000 ciclos frente a los 150.000 de su hermana pequeña.
Por cierto, un detalle sobre el que algunos ya se han interesado: ¿qué tal la tapa del compartimento para tarjetas que, además, ahora alberga tanto una ranura para CompactFlash como otra para SD Card? Esta zona resultó ser algo endeble en el modelo anterior, y con el paso del tiempo acababa por abrirse con demasiada facilidad.
Con la cámara recién desembalada todo es bonito y firme, así que habrá que esperar, pero al menos al tacto y comparada con su predecesora sí da la sensación de que se ha hecho un mejor trabajo.
Velocidad de enfoque y disparo
Si el mensaje oficial con la EOS 5D Mark II es que era una cámara de reportaje que no necesitaba ser especialmente rápida, algo ha cambiado en esta nueva réflex. La llegada del procesador DIGIC 5+ unida a una resolución moderada permite estirar las ráfagas hasta 6 fotogramas por segundo.
Tras dejarnos llevar por ese ímpetu incontrolable de hundir el dedo en el disparador para ver cómo suena la cámara, entre las funciones de disparo en ráfaga también nos encontramos con un modo silencioso de 3 fotogramas por segundo que amortigua mucho el sonido del espejo. Una opción interesante para quienes trabajen en entornos que requieran mucha discreción.
Pero si hay un punto en el que hay que detenerse al hablar de este modelo, ese es el enfoque. Con 61 puntos (41 de ellos en cruz), la cámara presume de idénticas prestaciones que la citada EOS-1D X. ¿Idénticas? Para empezar, aquí no hay un sensor DIGIC 4 dedicado a este apartado. "Idénticas", nos confirman los portavoces de Canon tras asegurar que el citado procesador de la EOS-1D X está orientado al sistema de medición de la cámara y no al enfoque automático.
La nueva empuñadura BG-E11 que Canon ha concebido para la Mark III.
Con o sin procesador auxiliar y con el nuevo Canon 24-70 mm f2.8 EF L II USM montado en la cámara, el enfoque se muestra realmente rápido. No obstante, es en las escenas con movimiento en las que este mecanismo promete lucir todo su esplendor. Aunque no ha sido posible comprobar este aspecto durante nuestro brevísimo encuentro con la Mark III, cabe destacar que la cámara dispone -como su hermana mayor- de un menú dedicado exclusivamente al autofoco.
Entre las interminables funciones y ajustes que se ofrecen en pantalla, nos volvemos a encontrar con un apartado en el que podemos seleccionar diferentes modos de seguimiento según el tipo de acción a la que hay que enfrentarse.
Y por si quedaba alguna duda, la llamada "limitación del f8" de la EOS-1D X forma parte también de la herencia que ha hecho suya esta EOS 5D Mark III junto con el sistema de enfoque automático.
¿Y qué hay del enfoque por contraste? Aunque habrá que esperar a que caiga una unidad final en nuestras manos, mucho nos tememos que esta asignatura tendrá que seguir figurando entre los temas pendientes de la cámara, porque las primeras pruebas evidencian que a este sistema le sigue faltando mucha agilidad a la hora de encontrar un punto de enfoque.
Hasta 102.400 ISO
Además de poder disparar más rápido, la apuesta de Canon por una resolución bastante comedida también permite albergar buenas esperanzas sobre el rendimiento con sensibilidades altas. Si la EOS 5D Mark II ya destacaba en su momento con 21 megapíxeles repartidos en un CMOS de formato completo, años después y con una nueva estructura de microlentes sobre la mesa cabe suponer que se habrán dado interesantes pasos en este captor de 22,3 millones de puntos.
A la espera de poder confirmarlo, por ahora nos tenemos que conformar con lo que se ve en pantalla. No es gran cosa, pero pinta muy bien a 12.800 ISO y con luz muy escasa y a 25.600 ISO en una improvisada toma en la que no apreciamos ruido cromático.
Otro de los accesorios que Canon presentó junto a su nueva SLR: el Speedlite 600EX-RT.
Dejando a un lado las suposiciones y a la espera de poner en práctica la prometedora teoría, podemos seguir repasando las novedades de esta cámara. Además de la citada pantalla, el visor también merece una mención aparte. Si el tamaño y la luminosidad de la generación anterior ya eran destacables, en este caso se da el salto a una cobertura del 100% que -también es verdad- a estas alturas y con semejante precio resulta casi imprescindible.
Junto a unos menús mucho más coloridos y supuestamente más ágiles para la navegación (habrá que comprobarlo con calma) y unos menús contextuales de información y ayuda (que igual no hacen mucha gracia a los más experimentados), llaman también la atención los dos nuevos botones situados a la izquierda del LCD.
En la parte superior uno de ellos permite comparar dos tomas en la pantalla, mientras que el botón "rate" nos brinda la posibilidad de clasificarlas con una puntuación de una a cinco estrellas. Tampoco es nada especialmente novedoso, pero sí sorprende que se le haya dado este protagonismo a la edición en pantalla.
Otra interesante novedad vinculada a la edición es la posibilidad de procesar archivos RAW en la propia cámara aplicando algunos ajustes a la exposición o el balance de blancos, entre otros parámetros.
El guión esperado
La letanía de "escuchar al usuario" que todas las compañías repiten incesantemente rara vez pasa de su fase teórica y mercadotécnica. Tal vez por eso la EOS 5D Mark III llega con una carta de presentación que, sobre el papel y entre las manos, promete mucho: retoque en el diseño del cuerpo para ponerlo al día, una fuerte mejora en el sistema de enfoque y el acento puesto en el control del ruido, el vídeo y la mejorada velocidad de disparo.
Una lista que se parece bastante a lo que en su momento pedimos tras probar la EOS 5D Mark II y a lo que reclamaban la mayoría de usuarios de esta SLR. Tal vez haya quienes echen de menos alguna sorpresa de última hora o la típica prestación estrella, pero a veces el guión más predecible es el mejor. Esperemos que pronto podamos comprobar si éste es el caso.