En esta plaza, o parque como se le dicen eufemísticamente en la ciudad a estas pequeñas áreas despejadas de edificios y de casas, se levanta un grupo de columnas que se ha convertido en un punto de atracción más en el heterogéneo paisaje urbano. Su impacto a la luz del día está en la repetición (que siempre resulta efectiva en la fotografía) y en la manera como juegan las luces y las sombras en su superficie y en el piso.
Y, dependiendo del ángulo desde donde se miren, su integración con las edificaciones que rodean el lugar hacen que estos adquieran un aspecto más dinámico.
Sin embargo mirando como se levantan solitarias hacia el cielo no se puede dejar de desear que cada una de ellas fuera reemplazada por un árbol.