Es tanto el calor en esta ciudad en estos días que por todas partes vemos sombrillas, hasta esas japonesas de papel tan sutiles, tan delicadas.
No importa que la fuerte luz de los soles tropicales traspase la superficie y nos queme volviendo inútiles estas barreras protectoras. Lo que realmente importa es la condición cinematográfica que siempre han tenido estos artefactos o como en este caso la condición fotográfica.
Esta ciudad siempre nos sorprende con imágenes que parecen cotidianas pero que gracias a un simple giro se convierten en momentos memorables.