La gente cada vez habla menos de la pérdida de audición relacionada con el uso de auriculares. Sin embargo, eso no significa que no puedan suponer un serio problema para nuestro oído. ¿Cuánto volumen es “mucho volumen”? Y lo más importante, ¿Cómo podemos protegernos y al mismo tiempo seguir disfrutando de la buena música?
El umbral para el daño auditivo está situado en los 85 dB
La mayoría de expertos coinciden en que el límite en el que podemos sufrir daños auditivos serios se sitúa alrededor de los 85 decibelios. Después de una exposición prolongada a sonidos de 85 dB lo más probable es que empecemos a sufrir cierta pérdida de audición o tinnitus.
Y por mucho que nos parezca 85 dB, lo cierto es que es un volumen al que estamos expuestos continuamente en nuestro día a día. Los cortadores de césped o los restaurantes abarrotados, emiten fácilmente alrededor de 90 dB o incluso más.
Pero no te preocupes, cenar en un restaurante lleno de gente no te va a dejar sordo. Los otorrinos clarifican que el oído humano puede aguantar hasta 8 horas de exposición a volúmenes de 85 dB.
¿Qué ocurre entonces cuando superamos el límite de los 85 decibelios?
A la hora de oír música, el límite de volumen máximo que podemos escuchar está limitado por la combinación de los auriculares y la fuente de sonido. Por suerte o por desgracia, la mayoría de combinaciones de auriculares, móviles, amplificadores y reproductores son capaces de superar la barrera de los 85 dB.
Algunos cascos incluso pueden llegar a los 110 o 120 decibelios. A este nivel de potencia, nuestro oído solo es capaz de aguantar una exposición prolongada de no más de 60 segundos, antes de padecer daños realmente serios.
Como vemos, la tolerancia al volumen no es algo que podamos medir de manera lineal. Así, con sonidos de 90 dB, 4 horas de exposición es más que suficiente para experimentar pérdida auditiva. Si subimos a los 95 dB, nuestro oído no aguantará más de 2 horas. Y si subimos el listón hasta los 110 dB, nuestro límite estará en 1 minuto y 29 segundos.
¿Cómo podemos medir el nivel de dB de unos auriculares?
Llegados a este punto, seguramente nos estemos preguntando cómo podemos saber los decibelios que emiten nuestros auriculares. Lo único que tenemos claro es que no queremos que supere esos 85 dB, pero la mala noticia es que no es algo que se pueda medir fácilmente.
La mayoría de medidores de decibelios están pensados para calcular el volumen de un entorno o espacio abierto, como un restaurante, un edificio o un parque. Pero el sonido que sale de unos auriculares se proyecta directamente en nuestro oído, no en una habitación. Por tanto, podemos poner el medidor directamente contra los auriculares, aunque eso sí, solo obtendremos un resultado aproximado.
Además, a menos que lo tengamos ya en casa, ¿Quién se gastaría 20 euros en un medidor de decibelios para obtener un “resultado aproximado”? En tal caso, podríamos instalar una app como Sonómetro o Sound Analyzer, pero el resultado seguiría siendo todavía menos preciso que el de un medidor analógico.
Siendo realistas, si tenemos dudas de si nuestros cascos de diadema o auriculares in-ear superan los 85 dB, lo más probable es que estén demasiado altos. Puede que no podamos saber con exactitud la potencia que estamos absorbiendo, pero prestar un poco más de atención y reajustar nuestros hábitos de escucha puede ser lo más recomendable a la hora de encontrar un volumen con el que nos sintamos cómodos.
Marca tu propio límite
Una de las mejores formas de controlar el volumen consiste en establecer un umbral personal. Busca un nivel de volumen con el que te sientas a gusto escuchando música. Ese umbral puede ser la mitad de la barra de sonido en el móvil, o un número de volumen concreto si tenemos un marcador digital.
Si utilizamos apps de música en streaming también podemos ir a los ajustes y establecer límites de volumen. Es algo que podemos encontrar en cualquier app de música de hoy en día. En Spotify, por ejemplo, solo tenemos que entrar en “Configuración” y asegurarnos de que la pestaña “Normalizar sonido” está activada.
Otro factor que debemos tener en cuenta es la fatiga auditiva. Cuanta más música (o ruido) escuchamos, más se cansa nuestro oído. Como consecuencia, la música parece que suena más bajo. ¿Y qué hacemos cuando la música está baja? Subimos el volumen, claro.
Aumentar el volumen cuando nuestros oídos están cansados es una mala idea. Si nos damos cuenta de que estamos subiendo el volumen durante una sesión de buena música, lo mejor es que nos tomemos un par de minutos de descanso.
Céntrate en la calidad, no en la cantidad
La mayoría de la gente que escucha música con el volumen bien alto, es porque quiere apreciar todos los detalles, no porque quiera que le sangren los oídos. Por eso, si tenemos unos auriculares o cascos que suenan fatal cuando el volumen está bajo, quizá deberíamos pensar en mejorar nuestro equipamiento.
En este sentido, siempre es mejor optar por unos auriculares de diadema, ya que suelen ofrecer un sonido de mejor calidad que los in-ear o auriculares “de botón”. Actualmente, podemos encontrar auriculares de verdadera calidad a partir de 100 euros. No es un accesorio barato, pero si los cuidamos bien nos pueden durar varias décadas.
Si utilizamos los auriculares en lugares con mucha gente o ruido ambiental, lo más probable es que también queramos unos cascos con cancelación de sonido. Este tipo de funcionalidad hace maravillas en entornos de oficina y similares.
Para terminar, si no queremos gastarnos un dineral en unos auriculares pro, recordad que siempre podemos ecualizar el sonido de nuestro reproductor de música para conseguir un sonido más detallado.