Este tutorial explica cómo cambia la luz y cómo sacarle partido a "Las horas doradas".
Las horas doradas
En fotografía, solo dos de las horas de luz diurna se consideran especiales: la hora tras el amanecer y la hora antes de la puesta de sol. Esas son las llamadas horas doradas.
Cuando el sol sale o se pone, está cerca del horizonte. Eso significa que la luz viaja a través de una parte mayor de la atmósfera que cuando el sol está en todo lo alto. Las partículas de agua del aire absorben y dispersan las longitudes de onda del azul. Cuanto mayor es la distancia que viaja la luz a través de la atmósfera, menor es la cantidad de luz azul que llega al suelo. Por ese motivo, la luz de primera hora de la mañana y última hora de la tarde es más cálida: tiene un tono dorado que favorece a muchos sujetos, como paisajes y edificios.
Sin embargo, tienes más o menos 60 minutos disponibles, depende de la parte del mundo en la que estés. Cerca del ecuador, el sol sale rápidamente y tendrás menos de una hora de luz dorada. Cerca de los polos, hay momentos en los que el sol nunca llega a salir muy por encima del horizonte y la hora dorada puede durar todo el día.
A medida que el sol está más alto en el cielo, las sombras se van haciendo más cortas y marcadas, y suelen resultar menos atractivas. Para eliminar esas sombras tan acentuadas, que pueden aparecer especialmente marcadas bajo los ojos de las personas, puedes activar el flash para rellenar las sombras y lograr una iluminación más uniforme. A horas más avanzadas del día, puede que debas colocar al sujeto a la sombra para evitar que entrecierre los ojos y lograr una iluminación más suave.
Visto en Canon España