Consiste en que a la hora de encuadrar lo que queremos fotografiar, dividamos la imagen en 3 franjas horizontales imaginarias de igual altura. Una vez lo hemos hecho, situamos el horizonte en una de las dos lineas divisorias que separan las franjas.
Básicamente consiste en evitar situar el horizonte en la mitad de la imagen. Dependiendo del elemento que deseemos destacar, situaremos el cielo en el primer tercio y el paisaje en los siguientes dos tercios. Si deseamos resaltar el cielo, por ejemplo en un atardecer, emplazaremos el cielo entre los dos primeros tercios.
Por último, y también como normas básica, asegúrate antes de disparar que la linea del horizonte quede totalmente recta.
A continuación te mostramos un ejemplo de aplicación de la regla del horizonte: