Todo empezó un día en el que Weiner recibió una notificación. Meagan Broussard, una universitaria de 21 años a la que ni siquiera conocía, había escrito en el muro de su página. Cuando Weiner lo abrió encontró la palabra “Hotttttt” (Caliente en inglés). Parece que este “piropo” subió el ego del Congresista y le alegró la mañana. Cuál sería la sorpresa de la joven Meagan cuando vio cómo el Weiner, respondía a su acción con una invitación de amistad en Facebook. La chica aceptó y allí comenzaron las conversaciones (siempre Internet mediante). Primero, versaban sobre temas triviales, pero luego parece que empezaron ya a subir de tono. Dice Megan que dudaba que estuviese hablando con el verdadero congresista, y le pidió una foto.
Fuente: Big Goverment. Una de las fotos que Weinner envió a la joven.
Así comenzó una cadena de instantáneas que acabo con una fotografía en calzoncillos del distinguido congresista. Al final las instantáneas acabaron en posesión del blogger conservador Andrew Breibart, y de ahí a que las publicara y el escándalo saltase a todos los medios de comunicación de EEUU hubo sólo un paso.
Weinner ha tenido que reconocer que no ha sido Megan la única chica con la que ha mantenido estas conversaciones y este intercambio de archivos fotográficos por Internet. Lo ha hecho con 6 mujeres más en los últimos 3 años. Aun así, se resiste a que su carrera política se vaya al traste por este hecho, y dice que seguirá adelante porque no cree que haya violado ninguna ley vigente ni el juramento realizado con los electores americanos.
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