Pues bien, instalar un sistema inalámbrico es tan fácil que la mayoría de los propietarios de viviendas pueden hacerlo por sí mismos, sin necesidad de contratar a un profesional para ello. Una vez en su lugar el sistema controla las puertas, ventanas y detecta el movimiento en toda la casa. Cuando se activa un sensor, el dispositivo envía señales a sus diversas funciones a través de las ondas de radio en lugar de cables. Mientras que un sistema de seguridad inalámbrico es más caro que las variedades de cable, por lo general es mucho más versátil y se puede instalar sin dañar las paredes existentes.
Otra posibilidad pasa por supervisar el sistema. Y es que hay que tener en cuenta que una vez que la alarma se dispara y el sistema llama al dueño de una casa, el propietario puede escuchar el ruido que pasa en la casa y determinar si la policía debe ser llamada o no. Este sistema también puede ser utilizado para la seguridad personal del dueño de casa, así, que le capacite para encender las luces dentro y fuera, tenue o iluminar dichas zonas, todo con el toque de un botón de control remoto para que usted nunca tenga que entrar en su casa, si bien es todavía oscurecido de nuevo. También puede elegir qué luces se pueden encender, con el consiguiente ahorro en el coste de la electricidad.
Los sistemas de alarma, utilizan una serie de sensores para detectar el estado de las puertas, las ventanas, el fuego y la ocupación de las habitaciones. En un sistema de cable, estos sensores se comunican con la unidad de control del sistema a través de cables físicos. En un sistema inalámbrico, por el contrario, transceptores inalámbricos sustituyen a los cables físicos.
Aunque los sistemas por cable se separan los componentes muchos sistemas de alarma inalámbricos integran el panel de control, teclado y sirena en una sola unidad. Debido a que muchos propietarios de viviendas coloque esta unidad en un lugar de fácil acceso, un ladrón puede alterar el sistema, silenciar la sirena y desactivar la alarma.
Los sistemas de alarma inalámbricos tienen la desventaja de que suelen ser un poco más costosos que sus contrapartes a base de cables. Parte de este coste adicional incluye los transmisores inalámbricos necesarios para los sistemas de alarma inalámbricos, y el costo a largo plazo de la propiedad puede aumentar a medida que los usuarios deben sustituir periódicamente las pilas.
En este tipo de alarmas, como con cualquier tipo de tecnología, siempre pueden producirse fallos de funcionamiento y errores técnicos. Es por ello que no podemos hacer caso omiso de la revisión periódica del sistema inalámbrico para asegurarnos de que todo está funcionando correctamente. Otro problema común que cualquier persona que haya comprado un ordenador es muy consciente de es que la tecnología está en constante y rápida progresando, lo que significa que, a pesar de que acaba de comprar el último sistema de alarma sin hilos de esta semana, un sistema más avanzado puede salir a la venta las la próxima semana. Las actualizaciones son siempre esenciales para ser dueño de un sistema de alarma inalámbrico.