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El 23 de agosto de 2007, cuando Twitter todavía era una red social por descubrir, Chris Messina, usuario de la plataforma y consultor de profesión, lanzó la idea de utilizar la almohadilla (#) para crear grupos de contenidos que fuesen fácilmente localizables. Lo que no sabía es que su idea revolucionaría, no solo Twitter, sino prácticamente cualquier red social. “No estaba claro claro que las redes sociales fueran a tener éxito”, explica Messina, quien reconoce que “las redes sociales han crecido mucho más de lo que nos imaginábamos y el hashtag y su uso en todas las plataformas ha creado mucho más de lo que podría haber anticipado”.
El origen de la almohadilla se remonta a la Antigua Roma, donde se utilizaba la libra como unidad de masa, que dio lugar al término libra pondo. En el siglo XIV, se empezaría a utilizar la abreviación lb, escrita con una línea horizontal para evitar confundir la ele con un 1, lo que acabó derivando en el actual símbolo.
No fue hasta 2009 cuando Twitter incorporó oficialmente el uso del hashtag, a pesar de que no estaban muy convencidos de que fuese una buena idea. “Al principio, Twitter estaba muy en contra”, comenta Messina. Este fue a las oficinas centrales de la compañía a intentar convencer a los fundadores para que incorporaran la función. Sin éxito, Messina decidió acudir a distintos desarrolladores que estaban haciendo aplicaciones para usar Twitter, quienes fueron poco a poco añadiendo soporte para esta función. “Con el tiempo, Twitter compró esas empresas y, con ellas, el hashtag”, apunta el estadounidense.
Hoy vemos cómo los hashtags se utilizan para reivindicar o denunciar. Casos como el #MeToo, con más de 1,7 millones de tuits publicados en 2017, o el #BlackLivesMatter, con más de 340 millones de tuits entre mayo y junio de 2020, demuestran que la ciudadanía tiene mucho que decir respecto al acoso a las mujeres y la igualdad racial. De hecho, Messina destaca: "es muy importante la cantidad de genete que antes era marginada y ahora tiene la oportunidad de hacerse oír". También, como apunta Patricia Horrillo, periodista y experta en redes sociales, el hashtag tuvo un papel relevante a la hora de conseguir que los medios tratasen asuntos de los que no se había hablado antes.
Sin embargo, con el paso del tiempo y el crecimiento de las redes sociales, el espacio que otorgaban los hashtags para la conversación se ha ido inundando de insultos y confrontación. Para Messina, esto se debe al reflejo del comportamiento humano en la tecnología. "Creo que el hashtag tiene consecuencias negativas, pero también creo que la cantidad de conversaciones que se producen y la posibilidad de que participe más gente que nunca es un beneficio neto", sostiene el estadounidense. Según Horrillo, el uso que se hacía en la época del 15M era positivo y se utilizaba para informar. "Con el paso del tiempo y los últimos años de hostilidad, mucha más gente se ha metido en Twitter para cuestionar, criticar o atacar", reconoce.
Las claves de un buen hashtag, según Messina, son la claridad y la capacidad de saber de qué se está hablando, pero también "que llame a la participación, que sea provocativo".
Y aunque el hashtag ya se está haciendo mayor, todavía tiene futuro por delante. Las nuevas formas de utilizarlos en las distintas redes sociales son interesantes para entender hacia dónde va la herramienta. "Yo creo que Instagram está tomando una dimensión en el ámbito informativo en la que los hashtags pueden resultar muy útiles a otro nivel y ser diferentes", opina Horrillo. Por su parte, Messina piensa que a largo plazo puede ser interesante para entender de qué se hablaba en el pasado.
Está claro que el hashtag ha cambiado la forma en que nos relacionamos en redes sociales. Por eso, desde elDiario.es os deseamos un feliz #DíaDelHashtag.
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Tags: tecnologia