#Desarrollo, #cultura innovadora e #individuo: por un nueva #innovación

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Hoy en día, ¿quién innova?, ¿para qué de la innovación?, y ¿cómo se innova? Analizando respuestas a estas preguntas, aquí va este post a modo de ensayo.
Cuando se habla de innovación, se mezclan muchas cosas … pero ahí está la esencia de su popularidad … es un buzzword abusado desde el primer momento en que se le quiere usar como medio para salir de las crisis económicas hasta un pretendido nuevo sector económico (temas que no se amplían en este escrito pero que inicié en “Repensando la innovación frente a la crisis y la postcrisis”). Pero serlo, lo convierte en un concepto que aburrirá o, que esconde que ya pasó de moda y debe evolucionar.
Por lo último, el tratamiento que presento sobre el concepto de innovación se basa en tres cosas.

Evitar lo inapropiado metodológicamente de colocar la palabra innovación como concepto y como dimensión del concepto, lo cual solemos hacer y se encuentra en abundante literatura.

Des-limitar la repetitividad de que cultura innovadora y sociedad, si bien reflejan las mismas categorías de estudio al hablar de innovación, se traten como distintas, o hablamos de que somos innovacionales culturalmente y socialmente persé al día de hoy (igualar las ideas), o intentamos hacer tratamientos similares que a la sazón no se dan (que no interesa ya abordar).

Reforzar la dimensión de desarrollo por ser sumamente importante al hablar de políticas de innovación, lo que resulta clave de destacar pues así se recupera la génesis del concepto y se valoriza en tiempos contemporáneos.
El centro de la reflexión teórica sobre innovación está en la cuestión de poder integrar conceptos abstractos pero a la vez pragmáticos que buscan soluciones sociales comunes como:

el impulso del desarrollo,

beneficios de una sociedad, y

satisfacción emocional de cada individuo.
Esto nos invita a reflexionar en varios aspectos.
En primer lugar … ¿quién innova?
Desde las teorías de innovación el empresario ha jugado un papel central, pero su importancia en el proceso ha cambiado con el tiempo. Hoy día se sabe que el empresario necesita de otros agentes para poder innovar, es decir, no actúa sólo en el proceso de innovación, aunque no se descarte la importancia que éste tiene para impulsar la misma debido a su decisión de inversión y a su actitud para asumir riesgos.
Durante mucho tiempo han predominado los agentes de innovación propuestos desde los conceptos de innovación lineal de I+D+i (si quiere profundizar más sobre este tema puede dirigirse a mi artículo de “El error de I+D+i …su linealidad y el olvido de la importancia de pensar en lo útil como los ganchos de ropa”), donde éste toma en cuenta principalmente a los agentes de ciencia y tecnología, se centra en la ciencia básica, en la innovación radical y en un único sector asociado a la tecnología de punta. Se desarrolla principalmente en países con avances tecnológicos, pero deja por fuera un gran potencial de innovación.
Desde mi punto de vista la innovación debe involucrar no solamente innovaciones desde la ciencia y tecnología sino que además tome en cuenta el hacer, usar e interactuar propias de la práctica y los modos basados en la experiencia, en las costumbres propias de los pueblos, es decir, desde la experiencia local como dice Lino Barañao en una entrevista realizada al diario El País y que expuse en el post “La innovación exitosa y la receta de la abuela”.
Al ampliar el concepto de innovación desde quién innova habría que ampliar los agentes que participan en éste proceso, lo que permitiría incluir a los agentes gubernamentales con sus políticas de innovación y a las personas comunes y que han sido hasta ahora menos favorecidos en los procesos de innovación como:

aquellos que participan en labores cotidianas sin mayor conocimiento científico (obreros y agentes no especializados),

aquellos que se dedican a labores cotidianas muchas veces no remuneradas (las amas de casa), y

conocimientos ancestrales (por ejemplo: conocimiento ligado a grupos minoritarios indígenas) o de base ciudadana (por ejemplo: conocimiento ligado a colectivos urbanos como los recicladores de base).


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En segundo lugar … ¿para qué de la innovación?
En este análisis nos podemos encontrar con amplias reflexiones sobre lo que hasta ahora no ha servido de la innovación y las mejoras que se practican en el mundo tras la búsqueda del desarrollo esperado por las naciones.
Tenemos por ejemplo, una propuesta de innovación ghandiana, de la cual hablamos en un post anterior (“La innovación gandhiana … la innovación a escala humana”), surgida en la India en el que se cuestiona la utilidad del negocio y la propuesta de modelos de negocios alternativos a los planteados por el capitalismo y que no han dado los resultados sociales esperados.
En esta propuesta gandhiana se buscan negocios sustentables, de crecimiento inclusivo que atienda a clientes excluidos por su poca capacidad de pago. Es un modelo enfocado en las personas donde el protagonista es el ser humano.
Muhammad Yunus economista hindú, es un innovador que apuesta por la innovación Ghandiana. Fundador de “El banco de los pobres” y premio Nobel de la Paz, con su propuesta de una empresa para todos hace reflexionar sobre un nuevo modelo de capitalismo que atienda las necesidades más urgentes de la humanidad.
Hacia los horizontes Latinoamericanos, nos encontramos un Ecuador más desarrollado en términos de propuestas de innovación social incentivado por el gobierno a través del Plan Nacional del Buen Vivir , que delinea otros que muchas veces olvidan el buen vivir, pero en Ecuador no, como el Plan Nacional de Gobierno Electrónico en Ecuador 2014-2017, cuyo debate inicio en el escrito previo “Innovación social … ‚llegó su momento? – El reto 2015 del Gobierno Electrónico en Ecuador”. En este último se plantean factores claves para introducir innovaciones sociales como: un gobierno abierto, el desarrollo de software libre, un liderazgo electrónico y la capacitación y formación tecnológica. Todo esto partiendo de las premisas de una sociedad empresarial motivada para atender las demandas del gobierno en pro de su sociedad y tomando en cuenta las nuevas herramientas del siglo XXI: las TIC (válidas, confiables y reconocidas).
Siendo aún más creativo y artista en la creación, podría plantearse una propuesta más atrevida de“negocios extraños” en los que no se resalta las TIC, ni el dinero, ni las ganancias sino la propuesta de opciones de negocio pensando en las necesidades de felicidad de la gente. Este fue ampliamente profundizado en un post anterior denominado “¿Innovación+emprendimiento+desarrollo económico -> negocio extraño”.

Nirmalya Kumar: la innovación invisible de la India
En tercer lugar … ¿cómo se innova?
Puesto que repasando la innovación frente a la crisis, nos hemos encontrado en que la inversión en innovación no es necesariamente directamente proporcional al resultado esperado, algunos autores han propuesto el término de cultura innovadora como la respuesta a esta diferencia.
En otras palabras, las diferencias de avances en innovación entre una sociedad y otra, a pesar de un mismo aporte capital, podrían explicarse en términos culturales pues existen países que enfocan el tema de innovación en los procesos técnicos y en las cosas, mientras que otros enfocan los procesos de innovación más en las personas. De allí que surjan técnicas más adecuadas para una sociedad que otras. Un caso de técnica a evaluar es la de fallar … que se intenta introducir como técnica, aunque es realidad es un evento a ser gestionado cuyo debate inicial se encuentra en “El arte de fallar y su presencia en el ADN del aprendizaje organizacional”.
Por lo anterior, cómo indiqué en el post ¿porqué a Sócrates debe interesarle la innovación?: no deben buscarse innovaciones no las hay, ni interesa extraerlas, pero tampoco hay que estar desconectado, sino estar atento a cuando ocurra (esta idea está ampliada en “Frase del emprendedor/innovador … la cuestión no es ‘sí’ sino ‘cuando’ ,,, “).
En todo este conjunto de acciones y prácticas tiene cabida el proyecto de innovación cuya naturaleza y debate se plantea en “Emprendimiento, innovación, proyecto y diseño proyectual desde la perspectiva de Simone Weil” y en “Qué es un proyecto de innovación tecnológica?”.

Derek Sivers: cómo empezar un movimiento
Repensando la innovación.
Finalmente, dadas estas reflexiones, pareciera que el concepto de innovación no puede estudiarse desde una sola dimensión pues para su total comprensión sería necesario involucrar dimensiones no solamente económicas sino también sociales, sicológicas y hasta ecológicas hoy en día.
Por esto reafirmo que la innovación es un operar continuo que parte de cada persona, dentro del cual la propia persona se proyecta buscando un futuro mejor para sí mismo y para su entorno actual. Entonces aquí se combina las dimensiones de desarrollo y la cultural con el ser humano, que fue nuestra propuesta inicial.

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