No te puedo prometer nada porque a los dos días me aburro de quién soy y de todo lo que siento cuando no estoy contigo.
Del aire de tus besos que se vuelve denso y no quiero que sean míos. De tu mirarme tan tuya, tan excesivamente tuya cuando no quiero ataduras. De tu querer sostener mi mano cuando pienso en no tocarte. De tu sonrisa más sincera y mi risa tan falsa
De tus ganas de querer meterme en tu mundo rotundo cuando quiero ahogarme en las indefiniciones del mío. En mis líneas de lo absurdo. En mis mañanas sin realidad. En todo esto que te puedo dar mientras me dura la Marta que fui ayer. Que hoy no quiero ser.
Luciana Salvador Serradell