Oleg Oprisco
Tienes treinta minutos para desmontar dos de tus cinco creencias limitantes y trecientos sesenta y cinco días para equivocarte y volver a intentarlo. Tienes dos minutos para que me expliques eso que no te gusta, que tanto te ves y que no te deja ser y tres meses para olvidarte de lo que te pesa y es liviano. Tienes dos semanas para recordar cinco errores y te doy cinco años para dejarlos ir y diez para volver a hacerlo ahora que aprendiste que te equivocaste. Te doy tres segundos para que respires hondo y veintiocho citas para que me dejes de pedir permiso. Tranquilo a Dios y al destino, a tu padre y a tu madre y te hagas cargo, por favor Luisa, del destiempo que te tiene fuera de tiempo. Sentada a un costado esperando un momento, el único que es oportuno y te deja irremisible mientras todo pasa y no te das cuenta, no te das cuenta mi querida Luisa que el tiempo no vuelve y te estás poniéndo vieja.
Luciana Salvador Serradell