Un poco de historia
Antes de ser todo esto, la web comenzó siendo una simple interfaz que permitía usar una red de computadoras con un sentido más inclinado a la visualización de documentos y contenido simple, derivado de ideas de intercomunicación previas como la del mítico Arpanet. Para el logro de esto, se requirió el desarrollo de un lenguaje especializado y la actividad para llevar a cabo esto sería el desarrollo web y junto a ello, un conjunto de pautas y reglamentos de desarrollo para regular la compatibilidad y la uniformidad de los portales que resultarían de este nuevo movimiento.
El HTML como lenguaje de desarrollo web permitió la creación de la primera aplicación web de correo electrónico como respuesta ante la exclusividad de estos servicios para con las corporaciones y grandes compañías. La creación del primer cliente de correo electrónico accesible desde internet, inicio una revolución en muchos otros aspectos ajenos a la informática como por ejemplo en las estrategias de mercadotecnia, en los métodos de atención al cliente, en los medios de comunicación entre otros. Este nuevo servicio fue llamado HotMail, palabra escogida por su creador por contener las letras HTML, algo especialmente importante pues con este lenguaje fue desarrollado este cliente de e-mail.
Hotmail fue de hecho tan exitoso, que apenas 2 años de estar en funcionamiento fue adquirido nada más y nada menos que por Microsoft, quien lo convirtió en el servicio de e-mail más popular en internet hasta la llegada de sus adversarios actuales a mediados del año 2000; pero antes de eso fue el rey en preferencia y en funcionalidad, preferido por millones de usuarios y complementado por otros servicios de Microsoft como Windows Live Messenger, que permitía la comunicación en tiempo real como cliente de mensajería instantánea. Pero este ejemplo de lo que el desarrollo web ha logrado es solo la punta del iceberg.
Hotmail como precursor de la web 1.0
Con el éxito de HotMail y el aumento de la penetración de la tecnología en las sociedades a nivel mundial, la relevancia del internet seguía creciendo, dando como resultado el establecimiento de la Web 1.0, que consistían esencialmente en documentos con contenidos de interés, fotografías y enlaces que comunicaban a otros portales relacionados. Pese a que el contenido era estático, inspiraba en gran medida la curiosidad y el deseo de conseguir ‘cosas nuevas’ en cada uno de los usuarios. Una vez más el desarrollo web se adelanta y prevé aquello que los usuarios tenderían a elegir en el futuro próximo.
El fruto es la web 2.0, que no es más que portales capaces de responder con información específica y particular en tiempo real, es decir, el usuario puede recibir análisis de datos, registrar información y acceder a contenido en función de su propia interacción; hay una respuesta particular en función de lo que el usuario hace, lo que supone una experiencia muy particular para cada uno de los internautas. Esto es lo que caracteriza a la web 2.0, que responde a lo que el usuario pide, se adapta a lo que el usuario desea y como sucede hoy en día, predice lo que el usuario querrá hacer.
La web 2.0 revoluciono el modo en el que el desarrollo web es concebido, pues ahora se considera el resultado que los portales y aplicaciones web tendrán con determinada interacción; los datos almacenados de este comportamiento y de la información suministrada por los usuarios es vital para que el resultado sea único para cada internauta. Una correcta planificación en este sentido es importante para el éxito de un portal o una aplicación web, pero más allá de cualquier cosa, conviene destacar que entre tantos portales, debe existir una forma en la que los internautas puedan ‘conseguir’ lo que buscan si no saben a dónde acceder.
Los buscadores en la web 2.0
Los buscadores han estado presentes desde la existencia de la web 1.0 a finales de la década del 90; Google es quien hasta hoy se ha mantenido en pie y de hecho es líder en búsquedas de portales web mediante un complejísimo sistema de indexación que produce resultados de búsqueda de millones de entradas en milésimas de segundos. Una vez más el desarrollo web ha hecho un papel fundamental al ser responsable de la existencia de toda la maquinaria lógica que permite lograr esta funcionalidad.
Los buscadores usan aplicaciones webs que no son visibles para el usuario y que se ejecutan constantemente en lo profundo del internet, buscando directorios, revisando páginas web y registrando todo el contenido que poseen. Los metadatos resultantes son almacenados en una gigante base de datos en donde se revisará a futuro con las palabras clave de las búsquedas realizadas desde el portal. El desarrollo web también se ha hecho parte del desarrollo de otro sector equivalente, que es el de aplicaciones para ordenador y para móviles, que también han trascendido hacia una interactividad muy equivalente a la de la web 2.0.
De hecho, el cerebro detrás de la funcionalidad online de las aplicaciones para ordenadores y para Smartphones, pueden funcionar mediante la web que es orientada a servidor, siendo la responsable de las interacciones en funcionalidades que lo requieran, como el registro de información de manera remota, el salvar datos y documentos para que sean accesibles desde cualquier parte, los mismos clientes de mensajería instantáneas, el registro de datos de configuraciones, entre muchos más. Todo lo mencionado anteriormente, partió de la creación del entorno web en la década del 90 y de la consideración del desarrollo web como el impulsor y el responsable de este logro.
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