3 años, ni uno más ni uno menos. Ese es el tiempo que llevo entregándome en cuerpo y alma a la fotografía. En este periodo he aprendido muchísimas cosas, algunas que me han servido para progresar y amar todavía más este hermoso mundo.
Debo decir que mi pasión siempre fue tener entre manos una réflex profesional y que, gracias a desgraciadas situaciones, conseguí no una, sino seis y realmente valiosas. He trasteado con ellas, experimentado y jugado con resultados impactantes. Pero mi curiosidad no cesó y por eso decidí expandirme.
Después de un tiempo adquirí una de las famosas Bridges, nunca había tenido una, solamente cámaras compactas y réflex. Una vez que llegó empezaron las pruebas, los análisis y las fotografías experimentales. ¡Quede encantada! Entiendo que las limitaciones de una compacta son notables y me conformo con ello. Pero también conozco algún que otro punto a favor, sobre todo en la rama que yo toco; la fotografía animal.
Seré breve y no me explayaré demasiado. No quiero crear polémica y sé que más de un fotógrafo no estará de acuerdo. Otros sí lo harán. ¿Mi recomendación? Si necesitas disparar a una distancia notable no lo dudes y hazte con una de estas máquinas. No sustituirá a tu réflex pero tampoco te dejará desilusionado. Eso sí, hay que darles minutos ya que más de una son difíciles de manejar.
¿Queréis pruebas? La red está llena de fotografías conseguidas con estas bestias.