Breve historia de la IA 1950s: Alan Turing cuestiona si las máquinas pueden pensar.
1980s: Surge el machine learning; las redes neuronales ganan terreno.
2017: Los transformers revolucionan el procesamiento del lenguaje.
2020s: Modelos como GPT-4 escriben, diseñan y razonan casi como humanos.
El dilema existencial La IAG podría superarnos en:
✔ Productividad: Automatizando el 90% de los trabajos actuales.
✔ Creatividad: Generando arte, música o literatura sin intervención humana.
✔ Toma de decisiones: Optimizando sistemas políticos y económicos mejor que nosotros.
Riesgos:
Desigualdad extrema: Si la IAG se concentra en pocas manos.
Pérdida de propósito: ¿Para qué sirve el humano en una economía post-escasez?
Autonomía de la IA: ¿Nos volveremos irrelevantes en nuestras propias sociedades?
¿Hay esperanza? Expertos argumentan que la esencia humana —emociones, ética, curiosidad— sigue siendo única. Pero el futuro dependerá de cómo integremos la IA:
Como herramienta: Para potenciar nuestras capacidades.
Como socio: En una coexistencia equilibrada.
Como amo: Si perdemos el control sobre su desarrollo.
Más sobre este debate: Obsolescencia de la humanidad