Fabulosos veintitantos

La década de los veintitantos años es una década para brillar: nunca más volverás a ser tan joven y sexy. Es casi obligatorio que aprendas a sacarle jugo a tu poder sexual desde ya. Para facilitarte la vida un poco, nuestra amiga Nuria Suarez del centro de masajes eroticos eMasajes.com nos da algunos consejos que te ayudarán a pasar airosamente por la travesía sexual y amorosa a los veintitantos, y también un poco más adelante. Toma nota.

1.    Deseo y amor no son lo mismo.

Tener buena química con alguien no siempre significa haber llegado al amor. Si el amor a primera vista existe, imagínate todas las posibilidades de la «lujuria a primer coito». Aprendamos a diferenciar desde el principio. Antes de decidir si estás o no enamorado o enamorada, deja que pase un poco de tiempo, prueba conocer a la otra persona. Tal vez eso que te tenía tan emocionado/a ni siquiera es amor, lo cual no te impide divertirte y experimentar o disfrutar con por ejemplo con los eMasajesBarcelona.com.



2.    ¿Solo tú?

¿Estás con un chico/a que todavía no se enamora de ti? No siempre es necesario esperar a que eso pase. Hay otros chicos en el panorama. En otros tiempos las mujeres esperaban con paciencia y evitaban tener sexo si no estaban enamoradas. Pero, eh, siglo XXI. A veces sucede que la exclusividad está solo en tu mente (o en la del otro). Por lo tanto, es conveniente hablar del tema en cuanto haya oportunidad.

3. Las parejas sexuales  de ayer, mejor no mencionarlas.

A ti no te gusta escuchar las cosas que hizo tu chico/a con otras/os, ¿cierto? Existen detalles que no es necesario (re)conocer. Bueno, pues a tu pareja le pasa lo mismo. Todo lo que hiciste y probaste antes enriquece tu currículo sexual: se puede aprender tanto de aciertos como de errores. Pero no incomodes a tu actual pareja con detalles sobre el pasado que podrían convertirse en estorbos o fantasmas.

4.    Sigue tu intuición.

La intuición existe por un motivo. Lo que sientes está ahí para darte señales que sólo tú sabes interpretar. No tienes que ser una experta en artes amatorias para saber cuándo sí y cuándo no debes entrar en el juego. Hazle caso a tu propia intuición. Después de todo, se trata de tu vida sexual: eres tú quien decide, quien tiene la última palabra.

5.    Sé creativo/a.

Una vez que decidiste con quién sí, y cuándo, el cómo también es parte del encanto, de la decisión, del juego. El sexo es acaso la experiencia más divertida, más interesante. Así que los únicos límites son los que tú y tu pareja establezcáis. No hagas daño a nadie. Eres joven, no tonto/a. Fantasea, diviértete, sé creativo/a, pierde la vergüenza, rompe límites, pero con sentido común.