Fire Emblem: Three Houses, análisis

Ya era hora de poder ofreceros el análisis de Fire Emblem: Three Houses, el juego que Intelligent Systems ha sido la encargada de elaborar, que mezcla una historia asombrosa, con los elementos de estrategia y batallas característicos de la saga. Sin duda uno de los exclusivos a tener en cuenta de Nintendo Switch.

Tres al precio de uno

Eso es lo que es este juego, tres historias independientes a las que jugar que enlazan con una misma trama dinámica, que cambiará según las decisiones del jugador.

Lo que más llama la atención desde el primer momento de este Fire Emblem, es su enfoque adulto y extenso de la historia, tanto es así, que quedaréis totalmente enganchados a primeras de cambio en un argumento de conflictos, batallas y giros inesperados, aderezados con una buena dosis de diálogos.

Byleth, nuestro personaje tiene su propia trama.

Lo único que se hecha a faltar es que el personaje principal hable, ya que al haber tanto diálogo, te saca un poco de la inmersión jugable ver que tu personaje prácticamente no esgrime palabra.

Profesor

Tranquilos, no voy a spoilear absolutamente nada. El juego se basa en dirigir una de las clases del monasterio asumiendo el rol de profesor, lo que nos permitirá mejorar personajes, impartir clases, reclutar otros personajes y una infinidad de opciones que al principio abruma, pero que acaba enganchando como una buena serie de Netflix.

Nuestra clase nos apoyará en lo que sea.

El juego nos plantea un calendario mensual, con el que deberemos trabajar dando tutorías los días que toque y eligiendo lo mejor cada semana para entrenar, descansar, hacer batallas o conocer a tus alumnos.

El monasterio es una parte importante de Fire Emblem: Three Houses, en este descomunal castillo pasaremos mucho tiempo haciendo actividades como pesca, recolección, entrenamiento o charlando con la gente para conocer más sobre sus historias o para ganar afinidad con ellos. Puede que a mucha gente, le parezca una parte tediosa del juego, afortunadamente para ellos, puede ser saltada (no sin consecuencias).

Batallas espectaculares

Aunque se ha hecho mucho hincapié en la historia, el verdadero corazón de Fire Emblem, son las ya míticas batallas, que se desarrollan como siempre por turnos.

Azul nos podemos desplazar, rojo no.

El terreno se divide en casillas, por las cuales podremos desplazar a nuestras unidades una cantidad determinada por la habilidad y el tipo de terreno. También podemos ver el rango de ataque de nuestras unidades o del propio enemigo, lo que nos aportará diferentes visiones tácticas.

En este Fire Emblem, se ha eliminado por completo el triángulo de armas y se ha sustituido por las habilidades y las técnicas de combate. Un cambio a mejor, ya que nos permite evolucionar de forma más profunda cada personaje.

Bernadetta va a darle un flechazo al pícaro.

Para luchar, dispondremos de muchos tipos de armas así como de magias y también de unos batallones que podremos asignar a cada unidad. Estos batallones pueden aplicar efectos secundarios al oponente o podemos pedirles que ataquen sin sufrir nosotros un contraataque enemigo.

Es importante señalar que según el nivel de dificultad, podemos perder unidades de forma definitiva, es por eso que existe el pulso divino, que nos permite retroceder en el tiempo (tiene usos) si una de las maniobras ha salido de forma fatídica.

Conclusión

Estamos ante el mejor Fire Emblem sin ningún tipo de duda, este título tiene complejidad, una historia abrumadora que se puede disfrutar desde tres puntos de vista distintos y un sistema de batallas muy pulido. Si las buenas tramas al estilo Juego de Tronos y la estrategia son lo tuyo, ¡lánzate de cabeza!