A diferencia de lo que mucha gente piensa sobre estos modelos de gamificación, no tienen por qué convertir el espacio de trabajo en un entorno más infantil, en un videojuego o en un espacio menos profesional. Al contrario, en un espacio en el que el trabajo se realiza de forma más profesional y, en el que, según los requerimientos de la dirección, pueda promoverse la cooperación, la competencia, la creatividad o aquellas actitudes que resulten favorables para la empresa.
A continuación, tienes dos ejemplos de entornos de uso de elementos de la gamificación.
La gamificación para las actividades rutinarias
Una actividad rutinaria puede terminar por convertirse en tediosa, preferiblemente evitable y estar sujeta a un nivel bajo de pensamiento en la ejecución de esta, lo que puede llevar o diferentes males asociados a la misma. Por un lado, una disminución en la motivación de los trabajadores, que lleve a desinterés y a altos niveles de rotación. Por otro, a la posibilidad de que se produzcan errores asociados a la falta de atención necesaria.Utilizar elementos de la gamificación para generar un mayor atractivo en dicha actividad permite incidir en todos los componentes negativos. Como uno de los ejemplos más sencillos, puedes pensar si en tu empresa tienes los siguientes puestos de trabajo:
¿Hay personas que introducen continuamente datos en un número limitado de formularios?
¿Cuentas con personas que deben rellenar una y otra vez los mismos documentos con una información similar?
La empresa tiene trabajadores que realizan las mismas rutas, con los mismos movimientos una y otra vez.
Todos estos trabajos generan resultados conocidos por los responsables del equipo y que pueden analizarse en función de su calidad y cantidad. Hacer visibles estos resultados para el trabajador a través de clasificaciones, otorgarle condecoraciones “trabajador del mes” o generar recompensas sobre los mejores resultados permite incrementar esa motivación que se traduzca en una mejora de la cantidad y calidad del trabajo.
En otro tipo de soluciones, un estudio del proceso de trabajo y de las acciones que pueden modificarse para convertirlas en más atractivas, intuitivas y “jugables” permitirá mejorar a su vez los resultados de la empresa.
La gamificación en la empresa para promover la participación de los trabajadores
Otra forma de aprovechar las ventajas de la gamificación en una empresa es incorporar sus elementos para promover la distribución del conocimiento dentro de la misma. Cada trabajador es especialista en aquello que hace repetidamente, procurando realizar correctamente su trabajo en el menor tiempo posible.Se trata de un conocimiento que bien coordinado puede llevar a mejoras operativas y organizativas en la empresa. Sin embargo, este conocimiento puede presentar grandes limitaciones, por ejemplo:
No está sujeto a un análisis que permita al trabajador explicar motivadamente cuál es el problema o la mejor solución.
No es comunicado a la empresa.
Aunque es comunicado, no se hace a la persona adecuada, capaz de implementar los cambios en la empresa y con la motivación para hacerlo.
En este punto pueden definirse modelos de gamificación para la empresa que identifiquen las motivaciones de los trabajadores y definan los canales adecuados para compartir el conocimiento. Uno de los modelos más extendidos por su bajo coste de implantación son las competiciones de ideas para solucionar problemas de la empresa, habitualmente con algún tipo de recompensa “premio” en metálico o en especie para los trabajadores que aporten la mejor solución.
La puesta en marcha de procesos de gamificación en la empresa
La aplicación de gamificación en la empresa debe estudiarse en profundidad para aplicar las dinámicas y mecánicas adecuadas a cada entorno. El uso de herramientas profesionales de análisis y la puesta en marcha de las soluciones necesarias permite generar resultados diferenciales en el ambiente de trabajo de la empresa.The post Gamificación en la empresa, una cuestión de actitud. appeared first on DYNAMIC.