La #estrategia de #innovación como #proceso de #gerencia y como #proyecto


La innovación vista desde la perspectiva de sistemas consiste en un conjunto de elementos que actúan e interaccionan, tanto a favor o en contra, de cualquier proceso de creación, difusión o uso de conocimientos económicamente útiles y que el tiempo nos ha permitido en estos momentos agregar como socialmente responsables. Y desde esta misma perspectiva sistémica, se plantea un análisis organizador de la innovación desde una estrategia de innovación como parte de un dominio o campo responsable profesionalmente en el sentido de comprender que la innovación no es como “vender una moto”, sino una responsabilidad social.
Acoto que este post es una profundización al post ¿Cuáles serían las áreas de conocimiento para una Gestión en el Siglo XXI? donde se presenta la innovación junto al liderazgo y los RRHH, un planteamiento avanzado de estrategia que supera la cuestión de que la innovación se estaba adaptando a las políticas (esto apareció en mi post “Uniendo viejas tradiciones con nuevos enfoques”) , y un paso más adelante cuando expuse que no bastan principios de innovación sino estrategias de gestión (como lo ilustré con el ejemplo de Google en “Todo principio de innovación requiere estrategias de gestión para hacerlo permanente”).
La innovación estratégica en cinco Ps: proceso, persona, producto, proyecto y propósito.
Habitualmente se habla de innovación de tantas maneras y desde tantas perspectivas que pareciera que fuese aplicable a cualquier situación o tipo de organización.
Conceptos tan “manoseados” como innovación abierta, innovación disciplinada, innovación no tan disciplinada o destructiva, o innovación disruptiva (eso por citar algunas populares al día de hoy) ya no permiten ver la realidad de que la innovación se rige por una estrategia que podría determinarse por 5 cinco parámetros o 5 Ps:

la innovación es un proceso económico y social,

en manos de personas innovadoras, que muchas veces no se requiere que lo sean según la madurez de la organización que produzca las innovaciones;

sostenido -o no- en productos innovadores  provenientes de diferentes campos (social, tecnológico, humanista, etc., que ha veces no son innovadores ni interesa que lo sea),

que deben ejecutarse como proyectos innovadores -si bien a veces son ejecutados como proyectos tradicionales o incluso como se cree es un proyecto-, y

con un propósito de innovación social que es o sería lo idea, aunque a veces predomina el mercadeo, el “bulo” académico, o simplemente una estrategia política o comunicacional.
Como se aprecia, la innovación estratégica es un conjunto de cinco parámetros. Con esta primera idea, debemos pensar en cómo gestionar estos parámetros y por eso propongo una perspectiva que une gerencia y proyecto.

Gary Hammel: estrategia e innovación
Gerencia y proyecto en cuatro etapas: dos unidades que suman uno.
Estos elementos que intervienen en los procesos de innovación:

parten de una necesidad que posteriormente se expresa en objetivos;

luego se aportan los recursos técnicos, materiales y financieros;

se ponen a disposición de los actores transformadores;

se realizan las actividades de transformación;

se ponen a prueba de los usuarios del nuevo producto, y

finalmente se esperan los resultados.
Si son evaluados por las personas como novedosos y exitosos socialmente y culturalmente, entonces estamos ante una innovación y las personas que participaron en el proceso se les llama, según la curva de Rogers, al inicio innovadores en un primer momento, y luego adoptadores en diferentes estadios de madurez de uso y de comprensión y de obtención de beneficios de la innovación.
Este proceso cumple con unas etapas repetitivas sin que la innovación pierda la libertad o la flexibilidad de escoger un rumbo propio (para profundizar sobre este tema se puede dirigir a un post publicado denominado “Mazinger Z, Dr. House y los proyectos de Innovación” donde se establece la importancia de que los guiones o patrones de trabajo o innovacionales en la innovación no sean repetitivos).
Es en este proceso en el que la gerencia y el proyecto encuentran un punto común en la innovación, puesto que la innovación requiere ser gerenciada desde el principio hasta el final y la práctica de proyectos ofrece una herramienta metódica para facilitar esta gerencia.
Primera etapa: optar por la innovación.
Esta etapa comprende los elementos básicos que hacen posible el proceso innovador como la cultura empresarial, las estrategias implícitas o explícitas que se lleven a cabo y la planificación de la innovación y hacia donde queremos llegar innovacionalmente -o no-.
Estos elementos básicos aseguran que la empresa o la sociedad esté en una permanente actitud innovadora (pero donde la innovación no es una moda, que suele pasarle a muchas sociedades o empresas) , es decir, esta es la fase de lo que he llamado la inception que comenté en un post anterior (“La película Inception y la difusión de innovaciones”).
Segunda etapa: innovación como una operación.
En esta etapa se trata de reconocer la innovación como una operación diaria, al tener personas y medios que la impulsen, además de contar con procesos y herramientas para el aprendizaje progresivo.
Aquí nos encargamos de poner en sintonía una serie de recursos a los que podemos denominar “la orquestación” y la cual fue definida por Ruelas Gossi como un enfoque que sigue el principio de poner en sintonía una serie de recursos y variables y muchos otros elementos para que una disrupción -por ejemplo- no sea un evento cualquiera, sino una oportunidad rentable.
Este tema fue bastante ampliado para quien quiera profundizar en el mismo se puede dirigir a “Hacia una gestión más real de la innovación emprendedora: la orquestación empresarial y su relación con la ingeniería de proyectos”.
Tercera etapa: innovación como un arte que busca su perfección. 
Es en esta etapa, como ya dijimos antes, es donde más literatura se ha desarrollado en cuanto a proporcionar un ambiente que induzca a la creatividad y donde más se ha avanzado en materia humana, al tratar de dejar de visualizar al hombre como máquina de creación continua.
En esta etapa se resalta el ciclo que permite ver a la innovación como un arte su propia mejora continua.
Se puede observar que en esta etapa se presenta un mecanismo que promueve la innovación como un hecho social y técnico, ya que se interactúa, en ciclos de innovación continua, que permiten procesos de mejora y de aprendizaje continuo, y de participación en la difusión de innovaciones, siendo estos ciclos intensivos en estados de resolución individual y grupal que se despliegan en prácticas de gestión de proyectos.
Cuarta etapa: equipo de innovación a punto y dispuesto.
En esta etapa se debe hacer énfasis en el trabajo en equipo puesto que se requiere de la participación de distintos especialistas que juntos logran crear un sistema real de innovación sostenible y en el que las redes cada vez toma mayor importancia.
Es importante en esta etapa la habilidad de las nuevas tecnologías una competencia cada vez más demandada y las cuales fueron ampliamente reflexionadas en “Gestión 2.0+: gestión y construcción de innovaciones en la sociedad de la comunicación: una propuesta integradora desde la ingeniería de proyectos”.
Quinta etapa: valorización de las innovaciones.
La etapa final, de la valorización de las innovaciones, tiene como objeto una permanente y clara conciencia de que se está aportando valor mediante este arriesgado proceso, por lo que se hay que conocer cuáles han sido los resultados de la innovación, qué beneficios se han obtenido y sí se ha capitalizado vía generación de derechos de propiedad industrial e intelectual, mejora de imagen o simplemente mejora de calidad de vida -por ejemplo-.
Esta es una de las etapas más relacionadas con las nuevas tecnologías, principalmente provocado por el fenómeno de la globalización, ya que se requiere que el producto potencial sea evaluado por sus clientes que al encontrarse en cualquier parte del mundo, se busca estar conectado con éste.
Por tal motivo, cada vez más se obliga a que las personas aprendan a trabajar en contextos internacionales y con soporte intensivo de las nuevas tecnologías para que se potencie la generación de innovaciones.
En este sentido, cabe señalar la importancia en esta etapa de saber hacer una buena elección tecnológica, asunto que puede verse más ampliado en “El delicado asunto de la elección tecnológica en la innovación.”.
Innovación a nivel macro.
Cada sociedad vive su propio ciclo proyectual de innovación, esto va a depender de la madurez que tenga en dicha materia.
Por ejemplo, algunos sectores y regiones geográficas están principalmente enfocados en el primer cimiento, optar por la innovación, debido a la necesidad de insertar la idea en una población o sector difícil de aceptar esta propuesta.
Mientras, otros sectores, regiones o sociedades ya la han aceptado y se preocupan más por crear ambiente propensos a la creatividad, relaciones interpersonales y todo tema que facilite las estrategias planteadas; así como alcanzar indicadores de innovación como el desarrollo de patentes.
Todos estos análisis profundizan el tema que discutimos en el post “repensando la innovación frente a la crisis y la postcrisis”.
Entonces, se hace evidente que los procesos gerenciales de la innovación encuentra una gran similitud con los guiones que se siguen a la hora de construir un proyecto.

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