Hace poco, visité varias veces el cerro San Cristóbal. Algo que fue un desahogo, terminó siendo un aprendizaje: la naturaleza ayuda a abrir los ojos.
Primera escalada: negativismo
Por una corazonada, quise ir al cerro San Cristóbal a desahogarme y encontrar las respuestas que me permitieran levantar la cabeza para continuar mi camino.
La primera vez, recorrí varios lugares que nunca había visitado y me llamaron la atención. Saqué varias fotografías, pero no obtuve las respuestas que necesitaba.
Segunda escalada: surgió la tenacidad
La segunda vez, me preparé para recorrer la mayor parte del cerro, desapareciendo un día entero. Caminé por los senderos y no dejé de sorprenderme de la naturaleza.
Llegué más allá del cerro San Cristóbal y sin darme cuenta, continué hasta el sendero del cerro El Cobre.
Las piernas no me respondían para seguir escalando, porque al caminar varios kilómetros era normal el cansancio. Sin embargo, algo despertó dentro de mi alma: la tenacidad para continuar.
Escalé y caminé hasta que se me acabó el agua y sentí que era el momento de regresar a casa. Al dar media vuelta, ví un paisaje muy hermoso. Tanto, que me arrepiento de no haber sacado una fotografía.
Tercera escalada: renacimiento
Después de la segunda escalada, tenía los pies hecho añicos. Pero, no quería frenarme hasta continuar encontrando las respuestas que necesitaba conseguir.
Cuando escalé por tercera vez, estaba adolorido. Pero, eso no era impedimiento para rendirme y seguir recorriendo el cerro San Cristóbal, hasta encontrar senderos que no había explorado.
Llegué a uno de los lugares más altos y pude encontrar las respuestas que me llevaron a la calma. Junto con ello, tuve varias lecciones de vida que me llevaron al renacimiento.
La más importante: la naturaleza ayuda a abrir los ojos.
La naturaleza ayuda a abrir los ojos
Cuando uno tiene sentimientos negativos, lo mejor es ir a un lugar natural a distraerse. La naturaleza es muy sabia, porque te impondrá pruebas que deberás cruzar, sin deberle cuentas a nadie. Irás bajo tu propio riesgo.
Además, una hermosa mujer me enseñó que cada ser vivo es mágico y tiene un rol que cumplir en éste mundo.
Comúnmente, las personas ven a los árboles como objetos que no sienten y sólo están para adornar el paisaje. No se dedican a abrir sus ojos y ver lo que está sucediendo,
Los árboles sobreviven en un hábitat y buscan crecer para seguir alimentándose gracias al agua y al sol. Son el hogar de pajaritos y el color de sus hojas indican el cambio de estación.
La naturaleza ayuda a abrir los ojos, comprender el mundo en que vivimos y reflexionar sobre la vida.
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