Quise jugar a hacer algo espectacular. A comerme el mundo de un bocado sin respirar. A tocar el sol con los dedos. A regalarme todas las promesas que me vine haciendo por eso de especular y siempre salir perdiendo. Siempre.
Quise dármelo todo. Todo. Merecérmelo por el pasado que me aplasta y este presente tan efímero que me obliga a lo liviano de los pensamientos pesados para poder caminar. Respirar.
Quise dármelo todo por el futuro que no me conecta con mi necesidad tan torpe de querer estacionar lo que siempre pierdo. Lo que siempre olvido. Lo que se va. Lo que nunca llega.
Quiso hacer algo increíble. Para ella. Para aprender que no es hacer. Que lo espectacular, lo increíble es Karla. Es ella. Es ella cuando lo pierde todo y esa torpeza tan simple de intentarlo siempre. Volver a intentarlo de nuevo cuando todo sale mal.
Luciana Salvador Serradell