Pocos deben saber que esta flor pertenece a una de las plantas que se ha hecho endémica en los jardines de esta ciudad. Y también deben ser pocos los que sabe que los crotones, pues a ellos me refiero, no son americanos sino que llegaron alguna vez de Malasia y las Indias orientales a este continente. Quién sabe por qué azarosas rutas.
Pero casi nadie se interesa por esas materias. Lo que interesa es la belleza de sus hojas, tan apropiada para dar colorido a muchos jardines y parques de la ciudad. Tanto que nadie se da cuenta de que este arbusto también florece. Unos ramos de flores tan modestos en tamaño que pasan desapercibidos.
Sin embargo si uno se toma el tiempo de mirar entre el follaje puede encontrarse con estas flores pequeñitas que contrastan en su sencillez con el protagonismo de las hojas, contradiciendo a casi la mayoría de las plantas, cuyas flores son casi siempre su elemento más llamativo.