En el momento en que la humanidad salió de nuestras cuevas y miró el cielo nocturno con curiosidad y asombro, nuestros antepasados pusieron en marcha una cadena de eventos que casi con certeza terminará con humanos caminando sobre el cielo marciano.
Y, si cree con la exageración actual, ese día podría llegar en las próximas dos décadas. La NASA tiene toda la intención de enviar una misión tripulada al planeta rojo en algún momento de la década de 2030.
Mientras tanto, aquellos de nosotros que permanecemos atrapados aquí en la Tierra nos preguntamos que significaría en última instancia tal logro para la humanidad.
¿Tiene razón Elon Musk? ¿Es imperativo para el futuro de la humanidad que nos convirtamos en una “especie multiplaneta” lo antes posible?
Y, si es así, ¿qué significa eso exactamente? ¿Cómo podemos tomar un planeta rocoso y estéril que hace que la Antártida parezca un centro turístico tropical y convertido en el tipo de lugar donde la gente podría querer criar a sus hijos?
La respuesta es simple: terraformación
Básicamente, usamos la ciencia y la ingeniería para encontrar una manera de hacer que Marte se parezca más a la Tierra.Por supuesto, nosotros, como especie, no tenemos la tecnología necesaria para terraformar planetas. Si lo hiciéramos, podríamos usarlo para evitar que el nuestro se deteriore hasta el punto de no retorno debido al cambio climático causado por los humanos.
Pero supongamos que eventualmente descubriremos la terraformación. ¿Qué aspecto tendría?
Según un equipo de investigadores de la NASA, el laboratorio espacial RAL y Princeton, Los primeros pasos implicarían estabilizar la magnetosfera del planeta rojo.
La investigación continúa explicando como una alternativa viable podría ser hacer que una de las lunas de Marte actúe como una especie de generador de partículas magnéticas que cargue el planeta de afuera hacia adentro.
Es un poco mas complejo que eso, pero la esencia es que la magnetosfera se formaría alrededor del planeta y, eventualmente, conduciría a una biosfera estable.
Tendría aire respirable. Agua y protección contra la radiación dañina que actualmente haría que residir en Marte sea una pesadilla viviente.
Es perfectamente razonable imaginar que la flora y la fauna prosperen en el planeta rojo en cuestión de siglos. Y no hace falta decir que dicho entorno debería poder sustentar la vida humana.
Los humanos habrían propagado las primeras semillas conocidas de vida más allá de la Tierra y, posiblemente, establecido evidencia de nuestra propia especie como los progenitores de vida inteligente en el universo.