Ya no hablo del trabajo de bróker desde mi posición, la cual ya me queda lejos y actualmente es más cercana a la creación de brókers online para empresarios que como un propio bróker de esta industria, sino desde la posición de todo aquel que ve en las inversiones, en el devenir de la economía, en ser parte activa (y nunca pasiva) de todos estos acontecimientos, algo más que una afición o un empleo, sino toda una forma de vida.
Lo primero que debemos destacar del trabajo de un bróker, es su curiosa posición en la visión social que se tiene de estos trabajos financieros: a todos nos preocupa la economía, todos comprendemos la importancia de que ésta se lleve con cabeza (ya sea a nivel micro o macro), pero sin embargo, a la hora de tener una opinión de quienes la manejan día tras día, solemos inclinarnos hacia los tópicos que nos llegan de Hollywood o el mal sabor de boca que deja ver las noticias (sobre todo las televisivas) de ámbito económico.
También resulta curioso como a nivel de calle, pese a la importancia que le damos, tenemos interés cero en los temas financieros, y lo que resulta aún peor, nos quejamos de cómo manejan nuestro dinero (a nivel impositivo, presupuestario, etc.) pero no hacemos nada al respecto (invirtiendo en letras, en valores, etc.).
De este panorama surge el primer razonamiento de por qué enamora el trabajo de bróker (o de todo aquel que trabaje con las finanzas en su día a día, perdona que haya generalizado en la figura del bróker, como mayorista de brókers online en los cinco continentes me ha podido la profesión): todos los que no permanecemos pasivos ante este motor que es la economía, somos partícipes del cambio y no espectadores.
Ser parte del mundo financiero significa agarrar las riendas antes de simplemente realizar quejas al aire, nos puede ir bien o alguna que otra vez mal, pero nunca dejamos en manos de terceros estos destinos.
¿Somos yupis de Wall Street por ello?, ¿vivimos a todo tren sin importarnos el mañana? Estas preguntas las quiero desmontar con otra pregunta, sin querer entrar más en el ámbito personal pero sí dar una visión clara de la respuesta: soy un orgulloso padre de dos hijos, ¿crees que cualquiera de las decisiones que tomo o he tomado en el ejercicio de mi trabajo como experto en finanzas, pondría en peligro la estabilidad y el futuro de mi querida familia? Como dirían en los juzgados: no hay más preguntas señoría.
Sí que es verdad que el trabajo de bróker conlleva ciertos riesgos y un estrés que, en mi caso particular, me ha llevado a una rama de las finanzas más emprendedora que activa en cuanto a mover inversiones, pero sí me atrevería por romper una lanza en su favor de a quienes sirvo de mayorista, que el 99% de todos ellos están más cercanos de asemejarse a Amancio Ortega que a los personajes de Michael Douglas o, más recientemente, Leonardo Dicaprio.
En conclusión, existe riesgo en todo trabajo relacionado con las finanzas, pero no desenfreno. Los clientes van a ganar y a perder su dinero, el bróker ganará intermediando y perderá, podrá hacerse un lugar en el mercado o no; esto es así, es parte del juego, hay gente contenta y gente destrozada de haber perdido – gente que lo lleva al terreno de la adicción, pero si no estás dispuesto a vivir con eso, no seas bróker. Es una industria de emociones fuertes, de vivencias fuertes, donde se hacen amigos del alma y enemigos fuertes. Y al fin y al cabo trabajar como trader, broker, asesor, o cualquier trabajo de la rama financiera, no se aleja de quien decide abrir un negocio, con los riesgos que emprender también comporta.
Son perfiles distintos pero el fin es el mismo: vivir de lo que les gusta y buscar una estabilidad sin basarse en el simple conformismo. Todo trabajo que incluya de base estos dos puntos tiene toda mi admiración.
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