En el 2017 la revista Economist realizaba una afirmación:
El recurso más valioso del mundo ya no es el petróleo, son los datos.
Existen varias compañías tecnológicas en las que todo su modelo de negocio se encuentra basado en recolectar y analizar los datos de los usuarios.
Nos encontramos en la economía de los datos personales.
La privacidad en internet como moneda de cambio
Pagar por tu privacidad en internet, una frase que algunas empresas adoptan aunque no de manera pública, aunque fácilmente detectable a través de sus acciones.No se trata de una acción nueva.
Empresas de comercialización de dominios de internet lo utilizan a menudo.
Cuando registras un dominio, parte de tus datos, los suficientes para identificarte, se publican en la base Whois.
¿Deseas ocultar esos datos de los usuarios de internet? Muy simple, paga por ello.
Si eres un usuario radicado en la Unión Europea, gracias a la GDPR tienes acceso a protección básica gratuita.
El caso Zoom
Eric Yuan, CEO de la plataforma de videollamadas y reuniones virtuales Zoom, ha declarado que los usuarios con plan gratuito no gozarán de la encriptación o cifrado de sus comunicaciones.La razón, con tendencia a pretexto, de la empresa es permitir al FBI o a las fuerzas de la ley en general el acceso a las comunicaciones de estos usuarios gratuitos cuando lo consideren conveniente.
¿Quieres privacidad en Zoom? Paga por ella, ha dejado claro la empresa.
Poco después de su declaración inicial un vocero de Zoom confirmó que los usuarios del plan gratuito tendrán acceso a cifrado AES 256 GCM aunque los chats no gozarán de protección adicional.
En palabras simples, la comunicación en plan gratuito en Zoom no está completamente cifrada, y regresamos al principio.
Una decisión de este tipo tiene mucho que ver con los valores por los que se rige una empresa.
Pável Dúrov, fundador de Telegram, se enfrentó a una prohibición de la aplicación en Rusia por defender el derecho a la privacidad de sus usuarios.
La privacidad es un derecho, no un lujo.