"El timing lo es todo", resumió Thierry Breton, comisario europeo de Mercado Interior. El francés estaba presentando las dos regulaciones que definirán como será el Internet europeo en las próximas décadas junto a su homóloga de Competencia, Margrethe Vestager, cuando fueron preguntados sobre cómo se va a tomar Estados Unidos que Bruselas actúe contra sus multinacionales digitales. "El debate será muy diferente a cómo hubiera sido hace cinco años", coincidió la danesa: "No hay nada aquí que vaya a sorprender a nuestros colegas estadounidenses".
La cuestión sobre el poder y los monopolios de las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) lleva años en los pasillos de Bruselas. Pero como dejaron caer los dos comisarios, el problema de intervenir no era tanto el cómo, sino el cuándo: una regulación local tenía un alto riesgo de caer en saco roto ante estos actores globales. Ahora, la ventana de oportunidad se ha abierto.
En las últimas semanas se ha desencadenado a ambos lados del Atlántico una serie de acciones políticas y legales que llevaban años fraguándose. Si bien las multas millonarias y otras acciones propuestas por Bruselas (intervenciones en los algoritmos, bases de datos, auditorías) tardarán meses en aprobarse y entrar en vigor, EEUU ni siquiera ha amenazado antes de golpear. Allí ya hay dos demandas por monopolio interpuestas por el fiscal general, una contra Google en octubre y otra contra Facebook, la semana pasada.
Podrían llegar más: esos dos procesos se abrieron tras un duro informe de una comisión de la Cámara de Representantes sobre las actividades de las GAFA (en su caso, sacaron a Microsoft de la ecuación). "Estas empresas tienen demasiado poder", "perjudican la competencia y socavan la innovación", "han llevado a cabo adquisiciones agresivas", "imponen barreras de entrada de otras compañías en sus sectores" o "se han convertido en el tipo de monopolios que veíamos en la era de los barones del petróleo y los magnates del ferrocarril" fueron algunas de sus conclusiones.
Los diputados de EEUU también pidieron endurecer las leyes que las regulan, algo que deberá decidir el nuevo presidente, Joe Biden. "Los estadounidenses, nosotros, los australianos, los canadienses, los japoneses, todos somos parte de una conversación global sobre cómo equilibrar las cosas", dijo Vestarger el martes. "Obviamente la pandemia va primero, después el cambio climático, pero también estamos centrados en las áreas digitales".
El último en unirse a esa lista de países a sido el Reino Unido, que también ha presentado esta semana una ley para controlar las plataformas. En su caso está centrada en el contenido abusivo o ilegal y contempla multas de hasta el 10% de la facturación anual (mismo porcentaje que la UE). Tanto la legislación europea como la británica, así como el informe la Cámara de Representantes de EEUU, comenzaron a fraguarse a principios de 2019. Los resultados de los trabajos de los tres bloques, con capacidad para definir el Internet de las próximas décadas, han coincidido en menos de un mes.
"Van en direcciones similares, pero con enfoques ligeramente diferentes", explica a elDiario.es Ian Brown, experto en legislación digital que ha asesorado al Parlamento Europeo y los gobiernos de EEUU, Reino Unido o Alemania. "El fiscal general de EEUU ha presentado demandas en base a las leyes ya existentes y aún no está claro si la Administración Biden y el nuevo Congreso querrán hacer cambios legales significativos. Las propuestas de la UE son un buen comienzo, y espero que el Parlamento Europeo y el Consejo las refuercen. Reino Unido ha propuesto quizás las reformas más ambiciosas, y el año que viene veremos cómo las implementa el Gobierno", detalla.
Para Brown, lo que queda claro es que "los reguladores de varias jurisdicciones están viendo claramente los daños que pueden sobrevenir si no adaptan las normas de competencia, privacidad, seguridad y otras leyes a la rápida digitalización de nuestras sociedades". El experto apunta que tanto la propuesta de regulación de Bruselas como las demandas en EEUU serán "un paso significativo para lograrlo".
Las reacciones de las multinacionales digitales han sido dispares. Las que no han sido denunciadas por el fiscal general de EEUU mantienen un perfil bajo, pero la guerra ha comenzado para Google y Facebook. Las dos han intentado desacreditar las acusaciones de monopolio, pero mientras que Google ha criticado que la UE dirija sus acciones contra un "grupo reducido de empresas", Facebook ha aprovechado la oportunidad para pedir que Bruselas "establezca límites para Apple".
"Apple controla todo un ecosistema, desde el dispositivo hasta la App Store y las aplicaciones, y usa este poder para dañar a los desarrolladores y consumidores, así como a las grandes plataformas como Facebook", se quejó una portavoz de la red social en un comunicado enviado a este medio como reacción a las nuevas propuestas europeas.
Facebook, se ofreció incluso a "colaborar con los legisladores europeos a medida que consideren" en sus acciones contra Apple. Su reacción deja entrever que no será fácil que las GAFAM, que mantienen sus propias pugnas entre ellas, conjuguen sus intereses para establecer un frente común ante las regulaciones y procesos legales que se avecinan.
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