Zero Rating y el dilema de la libre elección e ilimitado acceso a internet.

Recordarás que hace un par de años a lo mucho, nos bombardearon con publicidad sobre la reducción de tarifas en planes para telefonía móvil o respecto a los nuevos beneficios que obtendrías con recargas de saldo pequeñas; las cuales principalmente consistían en más redes sociales gratuitas a cambio de un menor precio, debido a las Reformas de Ley en la materia.



Bueno, esta es una práctica que en el mundo de las telecomunicaciones es llamada “Zero Rating”, y consiste en que los operadores ofrecen servicios gratis dentro de la contratación de un plan de telefonía móvil (ya sea en prepago o pospago), es decir, ofrecen servicios adicionales a los que se incluyen dentro del plan que el usuario contrata, incentivando teóricamente que en el mercado se generen esquemas de mayor competitividad entre los Operadores de Telefonía Móvil.





Sin embargo, aunque los mexicanos hemos recibido con gusto las tarifas más económicas por más servicios “gratuitos” e “ilimitados” (por ejemplo Facebook, Uber y WhatsApp), los operadores también se han beneficiado del aumento de su cuota de clientes casi cautivos; además que algunos especialistas en el tema sostienen que el Zero Rating, en realidad pone en riesgo la neutralidad de la red, ya que podrían no ser tan claros con los recientes cambios que se han dado en México y en Estados Unidos, lo que terminaría beneficiando a los proveedores del servicio.

Aunado a lo anterior, los pequeños proveedores de contenido también con el Zero Rating ven amenazada su permanencia en el mercado, ya que esta práctica les limita el acceso si no tienen acuerdos con algún proveedor de telecomunicaciones, lo que sin duda causa que las grandes compañías puedan ganar mayor cantidad de clientes solo con llegar a un acuerdo con el operador de telefonía. Es aquí donde los principios de libre elección del consumidor se ponen en juego, ya que únicamente se puede acceder a los servicios que los grandes proveedores quieran ofrecernos, por lo que habría que preguntarnos si realmente tenemos libre e ilimitado acceso y elección para comunicamos.