En qué consiste el galvanizado
El galvanizado consiste en recubrir un metal con otro metal compatible, de forma que se mejora su resistencia, se protege de problemas como la corrosión o la oxidación y permite acabados más visuales.
La forma en la cual se lleva a cabo este proceso es variada, pero la más común es sumergir el metal en la fundición del otro metal cuando se quiere reforzar el material (galvanizado en caliente o mediante inmersión) o mediante el rociado como el que permite las boquillas de pulverizacion de cono cuando lo que se pretende es realizar un acabado estético o la protección de una superficie concreta (galvanizado en frío).
El material metálico más usado para estos tipos de recubrimientos es el cinc, y el material más propenso y adecuado para someterlo a la galvanización es el acero y el hierro.
Beneficios del galvanizado
La principal ventaja del galvanizado es alargar la vida útil del material al que se somete. Un galvanizado en caliente (mediante inmersión) puede alargar el uso de un metal sin que de síntomas de desgaste de 20 a 30 años, según la exposición del metal.
Además, reduce casi en su totalidad el mantenimiento del metal y haciendo innecesaria tareas como la pintura.
Por último, cumple funciones estéticas en casos donde el óxido puede aflorar debido a la exposición exterior o a altas humedades o donde haya desgaste por el uso.
Aplicaciones del galvanizado
El galvanizado se aplica sobre todo tal como indicábamos, en superficies de acero, ya que es un metal muy propenso a la corrosión, ya sea la provocada por la presencia atmosférica como por las aguas o el terreno.
Este proceso por tanto lo podemos aplicar en sectores tan diversos como la construcción (andamios, barandillas, vallados, conducciones etc.), agricultura y ganadería (silos, invernaderos, cercados…), mobiliario urbano (farolas, semáforos, bancos, marquesinas, contenedores…), electricidad y telecomunicaciones (antenas, cableado, torres y subestaciones eléctricas…), aplicaciones industriales (tuberías, naves, depósitos…) el sector del transporte (catenarias de ferrocarril, estaciones, terminales, almacenes e Instalaciones auxiliares, construcción naval) y un largo etcétera en toda área donde la metalurgia tenga alta presencia.
De hecho, también lo encontramos en aplicaciones cotidianas como cuando leemos o escuchamos la coletilla de “acero inoxidable”. El apellido de “inoxidable” es debido a que ese acero con el que se ha fabricado el material (ollas, menaje etc.) ha sido sometido a la galvanización.