La virtud de esta tecnología sobradamente probada es que deja pasar la luz en dirección al sensor, sin necesidad de levantar el espejo, y a la vez sigue enviando imágenes al microprisma y al visor. ¿Qué ventajas tiene esto? La primera de ellas es que el sensor encargado del enfoque sigue recibiendo luz suficiente para desempeñar su tarea, pero como se elimina ese molesto ciclo mecánico de subir y bajar espejo entre fotografías, la velocidad de la toma se puede elevar hasta los 10 fotogramas por segundo. Claro que a continuación nos encontramos con el cuello de botella de la introducción de datos en la memoria. Es por eso que la ráfaga máxima es de 33 fotogramas en JPEG, mientras que se quedan sólo 20 para el formato RAW.
Otra ventaja del espejo translúcido es que el usuario puede seguir la toma de vídeo a través del visor. En las demás réflex del mercado el espejo levantado impide usar el visor al grabar vídeo.