Si bien disfrutamos enormemente con el desarrollo de cualquier trabajo audiovisual, ya sean videos corporativos o spots publicitarios, tener la oportunidad de realizar una narración documental siempre supone un reto especialmente emocionante para nosotros. La complejidad inherente y el factor sorpresa que caracterizan este tipo de rodajes lo convierten en una experiencia única. A pesar de tratarse de un video promocional con un claro objetivo comercial, el formato documental introduce una dimensión imprevisible que añade autenticidad y frescura al resultado final. Este factor sorpresa obliga al realizador a estar en constante alerta, preparado para capturar cualquier imprevisto, cambio o situación espontánea que pueda surgir, y que no solo enriquezca la narración sino que, en ocasiones, la transforme por completo.
Es cierto que la realización de un documental requiere de un guion previo, lo que implica un exhaustivo trabajo de investigación. Esta fase preliminar permite estructurar el contenido y establecer una guía que oriente el desarrollo del proyecto. Sin embargo, muchas veces este guion se basa en situaciones deseadas o esperadas más que en eventos garantizados. Esta planificación flexible es fundamental, ya que el verdadero encanto del documental reside en su capacidad para adaptarse y evolucionar en función de lo que sucede durante el rodaje. La espontaneidad y la veracidad son elementos esenciales que aportan un valor incalculable a la narrativa, haciendo que el documental no solo informe, sino que también emocione y conecte con la audiencia de manera profunda y genuina.
En el caso de El Juego del Alma, quisimos reflejar no solo el proceso creativo de Javier Castillo, sino también el impacto de su obra en los lectores y la comunidad literaria. Para lograrlo, incluimos entrevistas, escenas de eventos literarios y momentos íntimos que capturaron la esencia del autor y su obra. Este enfoque permitió crear un retrato realmente auténtico, proporcionando una visión cercana y personal del universo literario de Castillo.
La creación de este documental promocional no solo fue un desafío, sino también una oportunidad para explorar nuevas formas de narración y conectar de manera más profunda con la audiencia. La libertad creativa y la naturaleza imprevisible del formato documental nos permitieron crear una pieza que no solo promociona un libro, sino que también celebra el arte de contar historias.