Cuando escuchas hablar de Inteligencia Artificial, seguramente vienen a tu mente películas o historias de ciencia ficción; sin embargo, actualmente es algo muy real y tangible. La inteligencia Artificial es una rama de la computación en la que se relaciona un fenómeno natural con una analogía artificial a través de programas computacionales. Tiene su origen con los estudios de AIan Turing, quien introdujo un artilugio basado en algoritmos (posteriormente conocida como la máquina de Turing); además, durante la segunda guerra mundial participó con el equipo de criptoanálisis de la máquina de cripotgrafía alemana llamada Enigma.
Aunque Turing es considerado el padre de la Inteligencia Artificial (IA), en realidad fue el matemático y científico John McCarthy quien, en 1955, acuñó el término de IA definiéndola como “la ciencia y la ingeniería de crear máquinas inteligentes, especialmente programas de computación inteligentes. Está relacionada con la tarea similar de utilizar computadoras para comprender la inteligencia humana, pero la IA no se limita a métodos que sean observables biológicamente”[1].
Imagen: John McCarthy
Por lo tanto, la IA sí es tomada como ciencia cuando se enfoca en la elaboración de programas basados en comparaciones con la eficiencia del hombre, contribuyendo a un mayor entendimiento del conocimiento humano. Mientras que si es tomada como ingeniería se basa en una relación deseable de entrada-salida para sintetizar un programa de computadora. Y el trabajo en conjunto da lugar a aplicaciones como la ya famosa Siri, y los no tan conocidos Watson, Cortana, Alexa, entre otros.
Asistentes virtuales basados en IA
Siri es la asistente virtual y personal para los usuarios de Apple y con sólo decirle: “Oye, Siri” puedes activarla y realiza actividades como: abrirte aplicaciones, leer el correo, realizar una búsqueda en la red, llamar a alguno de tus contactos y hasta contarte algún chiste o cuento. Se activa únicamente al presionar el botón de inicio o el del auricular.
Otra asistente personal es Cortana, desarrollada por Microsoft y puede ser usada por varios dispositivos con sistema operativo Windows y de manera independiente para iOS y Android. Un dato curioso es que el nombre de Cortana hace referencia al personaje homónimo del videojuego Halo, franquicia exclusiva para PC y Xbox.
Aunque estos dos asistentes virtuales nos facilitan la vida diaria, sin duda, Amazon, por medio de Alexa, llegó a revolucionar la forma de asistir a los usuarios, ya que, a diferencia de Siri y Cortana, Alexa no está encerrada en una pantalla (teléfono móvil, computadora o tableta), tiene cuerpo propio, siempre está encendida y dispuesta a escuchar. Es un cilindro que se puede colocar en cualquier parte de la casa, resuelve dudas y cumple tareas sin pulsar algún botón.
Otra forma de desarrollo de Inteligencia Artificial es Watson, una plataforma desarrollada por IBM con tecnología de computación cognitiva abierta en el cual los sistemas entienden el mundo tal como lo hacen los humanos (por medio de los sentidos, el aprendizaje y la experiencia). Watson está compuesta por cientos de algoritmos, pero además, acumula valor, información y conocimiento de manera constante a partir de las interacciones.
Watson se hizo famoso hace seis años (2011) por enfrentarse contra humanos en el juego de televisión Jeopardy! No lo hizo nada mal, pero falló en la última pregunta. ¿Cómo funciona? Watson analiza la pregunta y busca múltiples respuestas candidatas en su base de datos y, con ellas, se generan hipótesis que se confrontan con las evidencias disponibles y las califica. La respuesta con la mejor calificación es la respuesta elegida.
Esta tecnología de IA, basada en un sistema de pregunta-respuesta IBM, la ha desarrollado como apoyo en la toma de decisiones en gestión empresarial, seguridad, atención al cliente y, el que aporta mayor beneficio a la humanidad: Watson Health, que tiene una avanzada capacidad para analizar los datos de los reportes y las notas clínicas, asimilando fácilmente la información clave arrojando el tratamiento adecuado para el paciente. Un logro importante de Watson en este campo ocurrió en Tokio al diagnosticar un tipo raro de leucemia a una mujer de 60 años. En tan sólo 10 minutos, Watson comparó los cambios genéticos de la paciente con una base de datos de 20 millones de informes de investigaciones sobre cáncer[2].
Por supuesto que aún falta tiempo para poder ver esta plataforma en los hospitales, pero la simple idea de imaginar que, con el apoyo de Watson, se realizarán diagnósticos más precisos que repercutan en la recuperación y mejora en la calidad de vida de los pacientes resulta verdaderamente esperanzador.
La inteligencia artificial en México
Los desarrollos de IA, mencionados anteriormente, han sido muy bien recibidos en México, pero además Wizeline, uno de los proveedores de software de inteligencia de negocios más importantes del mundo, estableció un campus en Guadalajara de la Artificial Intelligence Academy (AI Academy) que empezó a impartir clases en enero de 2017 sobre Inteligencia Artificial, Aprendizaje Automático, además de otras habilidades y tecnologías de ingeniería de software. Además, nuestro país cuenta con brillantes investigadores en IA como Ángel Kuri Morales (ITAM) y Carlos Coello Coello (Cinestav IPN). Kuri realiza investigaciones de redes neuronales y algoritmos genéticos. Los primeros son los sistemas que manejan los bancos para detectar el robo o clonación de tarjetas de crédito, mientras que los segundos son métodos adaptativos que se emplean para resolver problemas de búsqueda y optimización basados en el proceso genético de los organismos vivos. Por su parte, Coello se dedica al diseño de algoritmos evolutivos multi-objeto, que simula el proceso de la evolución natural en una computadora para obtener soluciones aproximadas de problemas de optimización complejos.
Es así que la Inteligencia Artificial no es un campo desconocido para investigadores, pero tampoco lo es para usuarios comunes como tú y como yo. Y resulta verdaderamente fascinante su estudio, sus aplicaciones y los beneficios para la humanidad; sin embargo, y, aludiendo al mito que nos ha perseguido desde tiempo, el peligro de la IA no se encuentra en que las máquinas van a llegar a pensar igual que los seres humanos, debido a que son los mismos seres humanos los que diseñan y proyectan los algoritmos que alimentan estos sistemas. Finalmente, y jugando un poco al abogado del diablo, el peligro o la amenza mayor se encuentra en que las máquinas inteligentes anulan la fuerza de trabajo humana en algunas áreas; cuestión digna de debate y análisis; además, las tecnologías de IA no se encuentran al alcance de todos (económicamente hablando) y esto, como muchos otros aspectos, representan una disparidad social en la que sólo se beneficia una minoría.
[1] http://news.stanford.edu/news/2011/october/john-mccarthy-obit-102511.html
[2] http://es.engadget.com/2016/08/07/watson-ia-ibm-salva-mujer-leucemia/
.