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Suiza ha necesitado 2.000 millones de euros y 14 años, pero la “batería de agua” subterránea del país ya está terminada y operativa. El proyecto ha tardado tanto en completarse en parte porque los trabajadores han tenido que hacer un túnel a través de más de casi 20 km de los Alpes suizos.
Una batería hidráulica se compone de dos grandes masas de agua a diferentes alturas; en este caso, están situadas a casi 60 metros bajo tierra, entre las presas de Emosson y Vieux Emosson, en el Valais.
El exceso de energía puede utilizarse para bombear el agua de la cuenca inferior a la piscina superior. Cuando aumenta la demanda de energía, el agua de la piscina superior vuelve a fluir hacia el embalse inferior. Cuando el agua fluye, hace girar las turbinas que generan energía hidroeléctrica.
La central cuenta con seis turbinas de bombeo que pueden generar 900 MW de energía. La instalación fue construida por Nant de Drance y es capaz de almacenar 20 millones de kWh de electricidad, lo que debería ayudar a estabilizar la red energética de Suiza. Nos dicen que se tarda unas 20 horas en vaciar el embalse de Vieux Emosson.