Para contextualizar este post comenzaré repitiendo una expresión conocida: quien no mide, no gestiona.
Y a partir de esta frase comenzar a revisar cómo quien invierte en innovación debe comenzar midiendo.
Por ello reviso en este post (escrito como ensayo, muy reflexivo y personal) a Ecuador, como caso que uso de referencia para comprender la importancia de medir, a lo largo de las mediciones que hace del país el Global Innovation Index (GII). Y, como caso, lo veremos en perspectiva versus Chile. Al final sugiero, eso sí, una pauta de cómo Ecuador podría salir de su histórica posición 90-100 en el ranking GII.
Aclaro. Debemos leer el post con calma y sin emociones. Y veremos cosas singulares.
¿Porqué medir la innovación?
Ecuador no ha sido ajeno a la innovación en las últimas décadas, pero recientemente el tema ha cobrado un realce mayor, motivo por el cual las empresas están realizando importantes inversiones.
En este escenario, y como ha ocurrido con varios países en años previos, es importante que las inversiones realizadas se rentabilicen en corto plazo (o al menos, en un plazo razonable) y que las empresas puedan acortar su curva de aprendizaje en materia de innovación. La diferencia es que la innovación no es reciente y si una empresa quiere competir no debe esperar vivir las mismas experiencias pasadas de otras empresas que han invertido en innovación.
Para esto es importante tener datos sobre cómo están las empresas enfrentando la innovación, qué nivel de madurez poseen o qué nivel de comprensión se tiene del concepto y aplicación de la innovación. En este marco surgen algunas preguntas que las empresas deben formularse, que enumero a continuación.
¿Saben su punto de partida sobre sus capacidades para innovar?
¿Tienen alineadas sus inversiones con los retornos esperados de innovación?
¿Tienes desarrollados e instalados procesos de innovación?
¿Han generado una cultura creativa que sirva de base para una gestión eficaz de la innovación?
¿Están experimentando con la innovación o están aplicando las mejores prácticas probadas de innovación?,
¿Hacia donde están dirigiendo, no la innovación, sino los resultados de innovación?
¿Están siguiendo caminos eficaces de innovación?
¿Han generado una cultura creativa que sirva de base para una gestión eficaz de la innovación?
¿Están innovando para problemas actuales coyunturales o están innovando para sostener sus negocios a largo plazo?
Estas y otras preguntas hoy en día debe hacerse un directivo empresarial cuando desea involucrarse en el camino de la innovación. Pero en una época donde hay que equilibrar propósitos y hechos, hay que manejar datos para liderar y más aún la innovación.
Y si quiero ir más allá, el problema, cada vez menor, es que muchos directivos, gerentes, ven la innovación como una oportunidad de negocio, pero no como un gran negocio, pero que se debe medir. Por esta confusión de percepción, por un lado, se comprenden los temores en invertir en innovación, y por otro lado, se observa que se invierte sin saber qué debe retornarse, salvo “nuevos negocios”, pero que igualmente deben medirse.
En materia de datos, los ranking son una herramienta clave hoy en día. Y hay ranking internacionales como el informe Global Innovation Index, GII, que miden los países, pero poco a nivel de empresas.
Los ranking de innovación están liderados por empresas tecnológicas del ámbito informático y digital, pero cada 2-3 décadas, estos ranking varían y son liderados por empresas que saben explotar y rentabilizar las tecnologías emergentes como negocios viables, rentables y sostenibles con estrategias de negocio bien definidas y coherentes.
Ecuador y Chile según el Global Innovation Index (GII).
Por ejemplo, Ecuador en el último informe 2018 del Global Innovation Index (GII) ocupó el puesto 97 de 126 países, descendiendo 5 posiciones respecto del informe del 2017.
Independiente de los resultados y de que varios países no han variado mucho sus posiciones o de que algunos líderes han bajado algunas pocas posiciones, en el caso de Ecuador a lo largo de varios años de medición, su posición ha mejorado, pero no logra salir en promedio de la cota de las posiciones de los 90.
De hecho, según el GII 2018, Ecuador aún no está al nivel países líderes en Latinoamérica como Chile (posición 47) o Costa Rica (posición 54), los cuales han liderado este ranking de forma constante a nivel Latinoamericano.
Además, Ecuador presenta brechas importantes con los países vecinos, Colombia (posición 63) o Perú (posición 71), y solamente supera en la región a Bolivia (posición 117), o a nivel latinoamericano a Guatemala (posición 102), El Salvador (posición 104), y Honduras (posición 105).
Tabla 1: Evolución de ranking de Ecuador y de países líderes de LATAM en el 2018 (Chile, Costa Rica, México) en ranking GII en período 2007 – 2018
Reporte GII Ecuador Chile Costa Rica Países medidos
2007 90 33 51 107
2008-2009 109 39 48 130
2009-2010 126 42 41 132
2011 93 38 45 125
2012 98 39 60 141
2013 83 46 39 142
2014 115 46 57 143
2015 119 42 51 141
2016 100 44 45 128
2017 92 46 53 127
2018 97 47 54 126
Gráfico 1: Evolución de Ecuador y países líderes al 2018 (Chile, Costa Rica, México) en ranking GII en período 2007 – 2018 (valores ajustados respecto del ranking obtenido versus el total de países medidos)
Al profundizar en el caso de Ecuador, en el último informe GII se observan ciertos comportamientos positivos y negativos para Ecuador en cada uno de los siete (7) pilares que se miden:
cinco (5) pilares de entrada -o input que mide los recursos para innovar- (Instituciones, Infraestructura, Capital Humano e Investigación, Sofisticación de Mercado y Sofisticación empresarial / negocios); y,
dos (2) pilares de salida -u output que mide los resultados de innovación- (Salidas creativas, y Salidas en Creación de Conocimiento y Tecnología).
Gráfico 2: Evolución de pilares – Ecuador – período 2009 – 2018
Respecto del 2017, se aprecia una evolución satisfactoria en algunos pilares como Instituciones, Sofisticación Empresarial y, Salidas en Creación de Conocimiento y Tecnología.
Sin embargo, los pilares Sofisticación de Mercado, Salidas Creativas, Capital Humano e Investigación, e Infraestructura, han bajado.
No obstante, a lo largo de los últimos años se aprecia que se está consiguiendo estabilidad, aunque los pilares de salida deben observarse por su caída o bajo nivel, especialmente salidas creativas (que, en particular, mide subpilares relacionados con intangibles, bienes y servicios, y creatividad en línea).
En cuanto a la eficiencia de la innovación (output/input) y mirando el caso de Chile, los comportamientos son similares, pero en niveles distintos.
La eficiencia en Ecuador y Chile son similares, incluso en los años 2013-2014 bajan el índice de salida, lo que puede atribuirse a los períodos llamados de crisis.
No obstante, si bien la eficiencia es parecida, Ecuador está casi 20 puntos bajo Chile, mostrando que Ecuador para mejorar su eficiencia debe claramente mejorar sus pilares o promover un fuerte trabajo a nivel de salidas creativas.
Gráfico 3: Evolución Input y Output – Ecuador – Período 2008 – 2018
Gráfico 4: Evolución Índice de Eficiencia – Ecuador – Período 2008 – 2018
Tabla 2: Evolución Índice de Eficiencia – Ecuador – Período 2008 – 2018
Año 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Input 32,57 31,2 33,83 33,71 35,63 33,92 36,07 35,48
Output 24,94 25,9 31,83 21,28 18,11 20,3 22,2 18,11
Índice de Eficiencia = Output/Input 0,77 0,83 0,94 0,63 0,51 0,60 0,62 0,51
Gráfico 5: Evolución Input – Output – Chile- Período 2008 – 2018
Gráfico 6: Evolución Índice de Eficiencia – Chile – Período 2008 – 2018
Tabla 3: Evolución Índice de Eficiencia – Chile – Período 2008 – 2018 (valores ajustados respecto del ranking parcial input-output obtenido versus el total de países medidos)
Año 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Input 48,09 46,8 46,73 48,44 48,96 48,25 48,31 47,17
Output 29,6 38,5 34,43 32,84 33,45 28,57 29,09 28,41
Índice de Eficiencia = Output/Input 0,616 0,823 0,737 0,678 0,683 0,592 0,602 0,602
Analicemos los datos.
Analizando más a nivel regional e internacional, las experiencias muestran que la relación entre sector privado y público se estrecha para conseguir mejoras que generen y hagan sostenible un ecosistema de innovación.
Eso sí, una gran práctica aprendida de los países que han logrado emerger en el ranking, es que la dependencia del sector público no se ha considerado determinante. Es más, las empresas y organizaciones han creado estrategias de innovación propias apostando por la iniciativa empresarial y de las personas.
Lo anterior no quiere decir que el estado no sea un actor relevante, sino que no se trata de esperar del estado o gobierno la iniciativa ni tampoco en dejar en manos del estado toda la responsabilidad de madurar en innovación.
Los países mejor rankeados en el GII si poseen estados comprometidos con la innovación y promotores de regulaciones que la proyecten, con participación equilibrada de todos los agentes económicos y sociales.
En particular, Ecuador siempre ha hecho esfuerzos en materia innovación y ahora en pleno 2019, lo sigue haciendo, intentando mantenerse en el camino de la innovación.
En detalle Ecuador ha realizado diferentes iniciativas, de las cuales ahora mismo pueden mencionarse algunas (aclaro, puedo olvidar algunas), si bien, cabe acotar, del resultado de muchas de estas iniciativas hay poca información o estudios formales sobre su impacto.
Estos esfuerzos se han evidenciado en iniciativas gubernamentales gestionadas desde la Vicepresidencia de Ecuador, la existencia de una Subsecretaría de Innovación en la extinta Secretaria Nacional de la Administración Pública, o desde la SENESCYT. SERCOP (Servicio de Compras Públicas) en particular ha buscado procesos de compra pública apalancados en prácticas innovadoras de compra pública, si bien aún se requiere reforzar mecanismos de transparencia más intensos. En este segmento público puede citarse las iniciativas gubernamentales como Ecuador Innova, la creación de universidades especializadas en temas clave para el desarrollo nacional, o el plan de contratación en universidades y centros de investigación de profesionales nacionales o internacionales para atraer talento.
A nivel privado, universidades, cámaras y organizaciones se han preocupado por la innovación (por ejemplo, la explosión de espacios de coworking, centros de emprendimiento, incubadoras, laboratorios -openlabs-, grupos de inversores, eventos de innovación, modelos participativos e intensivos en recursos, nuevos ecosistemas cliente-proveedor, asignaturas universitarias relacionadas con innovación y emprendimiento, núcleos de innovación dentro de las empresas, etc.), no obstante, no se aprecia su impacto en los indicadores.
Aparte, organismos como el BID ya el año 2014 hacían varias recomendaciones a Ecuador respecto de su Sistema Nacional de Innovación (SNI), destacando la necesidad de fortalecer la institucionalidad pública de apoyo al SNI, y fomentar la innovación en el sector privado, pero siempre desde el marco de la actuación pública y la relación público-privado.
A nivel de academia, las universidades han realizado esfuerzos en mejorar sus cuadros de profesores y aumento de publicaciones, pero aún con mucho camino por recorrer. A nivel de patentes, hay resultados incipientes. A nivel de formación de personas, las becas del gobierno ecuatoriano gestionadas por SENESCYT (Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología) ha sido un esfuerzo importante, pero aún debe esperarse su impacto en el ecosistema laboral y en el ecosistema de innovación, ya que aún existe disparidad de opinión en el éxito logrado dado que aún los estudiantes que vuelven graduados están en proceso de inserción laboral, y aun no se consigue la esperada tasa de retorno de inversión y de valor añadido. El INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) en un informe del 2014 reportó que solamente un 37% de empresas habían realizado algún esfuerzo por innovar, pero este informe se basa en una encuesta muy relacionada con producción y, más aún, esta encuesta no se ha realizado en los últimos años.
A nivel regulatorio, códigos como el COPCI (Codigo Orgánico de Producción, Comercio e Inversiones), la LOES (Ley Orgánica de Educación Superior), el Código Ingenio, los planes nacionales del MINTEL (Ministerio de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información), el Plan Nacional de Buen Vivir, y los esfuerzos por el cambio de Matriz Productiva, han apostado y apuestan por la innovación, pero se requieren aún esfuerzos y acuerdos, y una mayor institucionalidad.
En este marco, Ecuador, a pesar de los esfuerzos, no está ante un escenario muy prometedor desde la perspectiva de un ranking como el GII, no tanto por las iniciativas y esfuerzos desplegados por diversos agentes económicos y sociales, sino por la efectividad, coordinación y focalización de los resultados.
¿Qué pasa en las empresas?
La innovación en la presente década debe responder a nuevos esquemas que potencien su desarrollo dentro de la nueva esfera global de negocios, de la relevancia de la persona como eje de la innovación, y de la economía de las plataformas.
NOTA: BCG 2018 - 70% de los CEO cita la innovación como uno de los tres factores clave, el 60% planea aumentar la inversión en innovación, pero el 16% de las empresas piensa que son mejores que sus pares o su competencia.
Ecuador no es ajeno a esta realidad, y por ello se considera relevante desarrollar un pensamiento y un liderazgo innovacional que cree nuevas oportunidades y escenarios estratégicos en un contexto donde la innovación depende más de las capacidades de las personas y de las relaciones supra estado que crean las empresas.
Es claro que las empresas están invirtiendo. De hecho, están muy preocupadas de usar la innovación para consolidar mercados, existe un interés puntual en mejorar su relación y experiencia con el cliente, y existe un interés denodado por “aparecer como innovadoras”.
NOTA: MIT Sloan 2018 - Las compañías globales invierten 1 trillón anual en innovación, de los cuales unos 100 mil millones se desperdician por completo, y unos mil millones proviene de empresas de bienes y servicios (destacando el caso de Procter & Gamble que ha promediado 2 mil millones por año en la última década).
Pero ¿saben su actual posicionamiento competitivo y deseado?, ¿están usando prácticas de innovación que les permita obtener resultados en corto plazo que maximizan la inversión en innovación, y obtener de forma sostenible productos, servicios y soluciones altamente competitivos, diferenciadores y claramente innovadores?
Sin claridad en conseguir respuestas, la innovación no es más que ideas para cambios bien intencionados liderados desde niveles directivos basados en que la innovación “debe funcionar” o se “buscan ideas a granel sin un propósito claro”.
Y sin esa claridad, buena parte de la innovación podrá seguir siendo un ejercicio de “pegar post-it” y aplicar herramientas, sin diseñar, desarrollar ni desplegar estrategias claras, contundentes y sostenibles en materia de innovación. Y, más aún, puede quedar en un ejercicio y unas cuantas dinámicas qué, según la moda y tendencias, ahora serán ágiles, antes eran cooperativas, a futuro nadie lo sabe, pero que una vez acabadas, se pide algo más contundente como un reporte estratégico, unos indicadores, o elementos que permitan dar forma y cuerpo a la innovación en términos de visibilidad, concreción y sostenibilidad institucional.
La medición a nivel macro y micro.
El GII aporta ciertos indicios en el pilar Instituciones que mide el entorno político y regulatorio, y el entorno empresarial, o el pilar sofisticación de negocios que mide los trabajadores del conocimiento, la innovación y la vinculación de absorción de conocimientos, pero aún son mediciones muy generales para que una empresa o su organización conozca sus capacidades de innovación. Dicho de otro modo, en términos deportivos, miden la calidad de un estadio, pero no la calidad de los jugadores para desplazarse dentro de una cancha, convertir goles y obtener buenos resultados, ni tampoco sus estrategias, al entrenador y al staff de apoyo, ni lo que se desea (ganar un partido, conseguir puntos y/o promocionar marcas patrocinadoras).
En este sentido, en una medición de alcance innovacional, es importante distinguir entre medir resultados en materia de, por ejemplo, innovaciones por año, en lugar de medir la capacidad innovadora perse de una organización que le permita competir en una economía de la innovación, independiente de sus posibilidades de crear, por ejemplo, productos y/o servicios.
En este marco un ranking de innovación, cualquiera que sea, permite conocer y comprender cómo se comporta el sector empresarial en materia de innovación, quienes son los jugadores, y qué resultados se están consiguiendo. El GII en este escenario es útil, pero de un alto nivel de análisis, o casi obviamente de nivel macro.
Si observamos a Ecuador y Chile vemos que el comportamiento de su eficiencia en innovación es equivalente.
Ambos, en casi una década de mediciones, siguen siempre en los mismos rangos del ranking. Se aprecia que sus acciones son adecuadas en sus respectivos contextos, pero falta un ajuste que les permita -al menos dar- el salto hacia un un rango mejor en un ranking como el GII. Es como disparar a una diana, y que todos los tiros quedan juntos pero alejados del objetivo.
NOTA: GII 2018 - Entre 2014 y 2018 los mismos países han liderado el ranking mundial de innovación, y desde el 2016 nadie ha entrado al top-10. Solamente en el 2015 entró Irlanda y salió Hong Kong.
En detalle, mirando el caso Ecuador, los pilares de Sofisticación empresarial / de negocios, creación de conocimiento y tecnología y capital humano e investigación, son los más bajos, y por ende deben mejorarse esos pilares. En este sentido se precisa una mirada más -por así decirlo- de nivel micro, y por lo mismo debe medirse ese nivel.
A nivel más micro, se precisan otros ranking o mediciones, que permitan evidenciar toda la complejidad de elementos que influyen y son necesarios para desplegar la innovación a nivel organizacional.
Y aquí cabe citar el Ranking de Creatividad e Innovación C³ ®, una herramienta que mide cinco dimensiones (cultura, personas, procesos, estrategias y resultados de innovación), que por su antigüedad (se crea hace casi una década y se aplica desde el 2013 en varios países) y completitud (es una mejora más robusta del modelo KEYS de Teresa Amabile, y un enriquecimiento robusto para la realidad de LATAM), es una de las principales mediciones a nivel latinoamericano sobre capacidades y resultados de innovación a nivel empresarial.
Todos estos elementos permiten entender la posición de una empresa frente a un benchmark latinoamericano, permite posicionar a una empresa u organización respecto de la industria y tomar las mejores prácticas de diferentes sectores o rubros, y permite perfilar un plan de acción para mejorar las capacidades organizacionales con foco en la evidencia.
NOTA: BCG 2018 - los modelos de innovación exitosos se han dado en empresas productivas o de producción, y se ha observado la dificultad de llevar estos modelos al ámbito financiero o banca.
Estos elementos al ser medidos obviamente serán mejor gestionados. Pero más que eso, enriquecerán y aportarán una perspectiva más profesional de la gestión de la innovación en el sentido de:
que la innovación es un buen negocio -no solamente una oportunidad de negocio-, perspectiva organizacional que aporta una sofisticación empresarial más elevada y una clara visión de negocios;
NOTA: McKinsey 2018 - el 80% de los CIO considera que la innovación es prioritaria, pero el 6% está satisfecho, y el 2% de las compañías sabe combinar la explotación del negocio con el ciclo de innovación.
que la innovación aporta y genera de forma consistente y constante conocimiento y tecnología, y no se le constriñe a un instrumento usado para crear productos y servicios; y,
NOTA: Gallup 2017 - el 87% de los trabajadores, incluso managers, están desmotivados/desconectados con las tareas diarias que realizan en las organizaciones, y esto afecta los procesos de creatividad e innovación.
que la innovación requiere y produce capital humano apto y cualificado para cubrir todos las fases de la creatividad y la innovación, apoyado en procesos de investigación y desarrollo, que refuerzan la innovación, y permiten que las innovaciones emergentes se distingan y no sea copias de otras experiencias adaptadas de otros países o empresas.
NOTA: MIT Sloan 2018 - Casi todos están copiando pero la imitación no es sinónimo de éxito.
Para un país como Ecuador, una herramienta como C³ ® aplicada de forma estratégica, consciente y regular, aporta a la gestión de innovación corporativa del país, pues al medir en las empresas las cinco dimensiones señaladas, se puede afirmar que reforzarán al menos los tres pilares deficitarios del GII y podrán dar el salto esperado, aportando datos que permita actuar, liderar e innovar de forma sistemática.
Solamente debo rematar diciendo que es momento de los líderes, atreverse a dar el salto.