Seamos sinceros: a nadie le gusta leer la letra pequeña. Es muy aburrida y creemos que no nos va a aportar nada del otro mundo. En el caso de las redes sociales la cosa no cambia demasiado: somos conscientes de la posibilidad de que los datos que compartimos con nuestros amigos sean “interceptados” por otros. Pero, aunque es algo que nos preocupa, no somos todo lo activos y responsables que deberíamos al respecto.
En parte se debe a la despreocupación o pereza de los usuarios, que no se molestan en buscar esa letra pequeña o en estar informados de los cambios en política de privacidad que, por otro lado, han sido tantos en el caso de Facebook que es normal perderse alguno. Pero, tras revisar a fondo su política de privacidad, puedo asegurar que no es todo lo transparente que debería serlo en este sentido y, sobre todo, que la mayoría no somos conscientes de la información que estamos compartiendo con terceros. Con este post vamos a intentar que esta situación cambie.
Mucha gente opta por seleccionar la opción más restrictiva de privacidad en el cuadro más visible de los destinados a privacidad pensando que así protegen lo que publican:
Marcamos “sólo amigos” en todas las opciones y pensamos que sólo nuestros amigos pueden acceder a nuestra información. A saber: estado, publicaciones, fotos y vídeos (no sólo los subidos por nosotros mismos, también en los que se te ha etiquetado), creencias religiosas y políticas, cumpleaños e información de contacto.
Es algo bastante lógico pensar que con esta selección de la privacidad ya hemos terminado de proteger nuestra información, pero nada más lejos de la realidad, pues hay varios “recovecos” en el apartado de privacidad en los que no nos solemos fijar y donde realmente está todo el meollo del asunto.
Os animo a dedicarle un ratito: para empezar, al pulsar el botón “Configuración de la privacidad” que hay dentro de “Cuenta” (arriba a la derecha) no debemos centrarnos en ese enorme cuadro que tenemos delante, que acapara toda nuestra atención y que nos hace pensar lo que no es. Debemos ir más abajo, a la izquierda, y pulsar en “Aplicaciones y sitios web. Edita tu configuración”. Allí encontraremos esto:
Si os fijáis, en pequeñito, pone que “En Facebook, tu nombre, la foto de tu perfil, tu sexo y las redes a las que perteneces son visibles para todo el mundo. Además, las aplicaciones por defecto tienen acceso a tu lista de amigos y a la información que quieras compartir con todo el mundo”. Primera y enorme sorpresa.
Ahora pulsamos “Editar la configuración de las aplicaciones que utilizas”. Así vemos qué permisos le hemos dado a las distintas aplicaciones que hemos utilizado. Por ejemplo, la aplicación para Facebook de Windows Live Messenger accede, además de a la información básica, a nuestras fotos, vídeos, cumpleaños, ciudad actual… y lo que es peor: !!a la información de nuestros amigos!! Para rematar la jugada, resulta imposible tener esta aplicación sin aceptar esa condición, es inherente a ella, y no tenemos opción de cambiarla. Sólo podemos eliminar la aplicación o “vender a nuestros amigos”.
Si pulsamos “Último acceso a los datos” veremos cuándo la aplicación ha recabado datos de nuestro perfil por última vez. Así, he comprobado (desagradablemente) que en el mismo día había consultado dicha aplicación todo tipo de información sobre mí y sobre mis amigos. Inquietante ?verdad?
Luego, editaremos la configuración del apartado “Información accesible a través de tus amigos”, cuyo nombre ya lo dice todo. Aunque lo más sorprendente es que, por defecto, venga así:
(Ya sabéis lo que tenéis que hacer, ?no?)
Seguimos. La siguiente sorpresa se esconde bajo el nombre “Personalización instantánea”: aún no está disponible, pero consiste en que los sitios web asociados a Facebook recaben información sobre ti para hacer de tu navegación por su site “una experiencia más social”. La única información que Facebook le pasa a los socios es la que ya compartimos con todos, la que es pública queramos o no, es decir: foto de perfil, nombre, redes, etc. Pero, por si acaso, sabed que podéis desactivar esta “Personalización instantánea en los sitios web de los socios”.
Y para el final nos hemos dejado lo más sorprendente (por llamarlo de alguna manera) de todo: desde hace unos meses disponemos de la opción de “Dar un toque” a nuestros amigos o a los amigos de nuestros amigos. Hasta ahí bien. Seguro que la mayoría pensabais que la única función de este botón era saludar a la persona en cuestión, como el zumbido del Messenger o la llamada perdida de hace unos años. Pues… sorpresa sorpresa… !!cuando le das un toque al amigo de un amigo, le estás dando permiso para ver tu perfil durante una semana!! El propio Facebook lo explica en su servicio de ayuda.
Tampoco hay que volverse loco ni es necesario cerrar la cuenta de Facebook. Con ser conscientes de esto, revisar de vez en cuando la privacidad de nuestra cuenta y ser responsables al compartir información, es más que suficiente.
?Cómo os habéis quedado? ?Conocíais estos detalles de privacidad de Facebook?